Hombres con ausencia de padre
En los últimos años se ha dado visibilidad a un tema muy antiguo, bajo el nombre de “Hambre de padre” y se refiere al efecto psicológico en los hombres de la ausencia de figura paterna

ESTAMPAS

08/09/2023 08:00 am



Rebeca Jiménez

 
Las consecuencias de haber crecido sin la guía emocional o modelos reales, cercanos, palpables para conectarse con sus propias emociones y sentimientos, con sus dudas y temores, con sus ansiedades e incertidumbres; el modelo paterno generalizado que tuvieron quienes hoy son hombres se acaba en el cumplimiento de los “deberes” materiales de lo que se llama ser pater familia proveer apellido, techo, alimento, estudios etc., los niños y adolescentes varones obtuvieron del progenitor de su mismo sexo un modelo parcializado del cómo actuar, cómo hacer, pero la distancia emocional que recibieron de sus padres tampoco les permitió desarrollar su mundo afectivo, íntimo y profundo como hombres.

Entre los valores del patriarcado están el poder, el valor y el control del mundo externo. En los años que trabajé en terapia de familia, era muy común ver cómo muchos conflictos surgían a temprana edad en familias donde nacían varones con vocación de artistas, de músicos y que no querían ser grandes deportistas o gerentes, como eran maltratados por sus padres que desesperados querían convertirlos en guerreros, en hombres fuertes no sensibles, hombres de verdad, mientras sus madres sufrían en silencio por ser mujeres dependientes, gran drama.

El hambre de padre es el título contemporáneo que hoy día es motivo de literatura en todo el planeta y que expresa un dolor antiquísimo, la pérdida de contacto de la energía masculina con sus aspectos emocionales y que llevan como consecuencia primaria al miedo y a la violencia, este es un tema con raíces muy profundas y consecuencias increíbles con respecto al amor.


El mundo afectivo depende de la presencia física del padre

C G Jung identificó dos términos importantes: ánima y animus. El ánima son los aspectos femeninos en el alma masculina y el animus son los aspectos masculinos en el alma de las mujeres, ambas energías creando una totalidad armoniosa que en equilibrio generan complitud, pero este equilibrio falta y en el caso de los hombres su no reconocimiento genera un inmenso sufrimiento. Para los hijos, el padre aparece como el arquetipo básico de lo que es ser hombre. Si en ese referente la manifestación emocional está ausente, si la intimidad afectiva no es una presencia constante, nutricia y explícita, el hijo varón sentirá que, como hombre, no “debe” expresar sentimientos, que lo “deseable” es contenerlos, disimularlos, mucho más cuando se trata de exteriorizarlos a otro varón, que con mucha probabilidad sea su propio hijo.

La próxima víctima será entonces su propia descendencia, repitiéndose el dolor por la falta de conexión emocional, del espacio no construido entre hombres en el que hay un mínimo de confianza, donde casi todos empiezan a confesar las asignaturas pendientes que tienen con sus padres.


Los varones repiten los patrones de los padres

Es sin duda, el dolor más sensitivo, íntimo y silenciado que habita en cada hombre, es esa hambre por las emociones no compartidas, por los momentos no vividos en común, por las palabras necesitadas y no recibidas, por los gestos ausentes, que se convierten en resentimiento contra un padre aún vivo o ya inexistente. El resentimiento es inútil porque no trae la transformación necesaria para romper este ciclo primigenio que ha marcado con heridas el alma masculina. O puede despertar en el varón que lo siente la decisión de ser, él, un padre distinto, ser capaz de estar presente, capaz de abrir sus emociones, dudas, temores, esperanzas, confusiones, dolores y sueños.

En mis últimos veinte años como terapeuta de pareja y familia he sentido un discreto crecimiento en la lucha de los padres por mantener la conexión emocional con sus hijos a pesar que la pareja haya fracasado y el entendimiento en las mujeres de no vengarse a través de los hijos del hombre ausente en la pareja. En fin, esta cadena de dolores sólo se romperá cuando el corazón del hombre se enfrente a sus propias carencias y decida crear lazos de amor sin miedos, que el desafío que se plantee un padre sea elegir su identidad dentro de su familia.

RRSS Rebeca Jiménez en Instagram: @doctorarebeca