La maternidad
En la actualidad la maternidad no significa anularse como persona, sino todo lo contrario, es aprender a estructurar la vida por etapas, los días por horas y ser un ejemplo inspirador para los hijos

ESTAMPAS

07/05/2021 06:00 pm



Francesca Zumbo

La maternidad es permitir la compañía en el proceso, compartir las tareas con la pareja, la familia, involucrar a los hijos en su propio desarrollo. Se trata de asumir el compromiso de amar, empatizar, educar, acompañar y también aprender a respetar la individualidad de los hijos. Es disfrutar cada momento y saber que el amor no cansa ni se termina.

Algunas cifras mundiales y la evolución de la maternidad

Las cifras de natalidad en el mundo dicen que para mediados del siglo XXI superaremos los 10.000 millones de habitantes en la Tierra, parece que crecemos sin medida, pero en realidad hay una disminución de la natalidad y una mayor expectativa de vida.

En un estudio mencionado en National Geographic realizado por la organización Population Reference Bureau (PRB) al comparar las cifras de 1970 y el 2013 se observa que el número de hijos por mujer ha descendido en todo el planeta, concretamente de 4,7 a 2,5.

También hay indicadores mundiales que señalan que las mujeres están retrasando la edad de ser madres, por primera vez, por motivos de crecimiento personal, profesional y por factores económicos. Podríamos decir que la vivencia actual de la maternidad es una consecuencia de la evolución social.



En casi cinco generaciones hemos pasado de las mujeres en casa, -en mayor número sin educación universitaria sostenidas económicamente por los hombres, -a una cantidad considerable de féminas educadas. Esto con el fin de alcanzar sus logros profesionales a la par de sus responsabilidades familiares e independientes económicamente de sus parejas.

La crisis económica también llevó a las mujeres al deber de trabajar, así que no ha sido solamente una decisión de superación personal, para muchas la necesidad de sustento ha sido un motivo para alejarse del hogar y vivir la maternidad con tiempos limitados.

En algún momento, socialmente las mujeres sentían que debían hacerlo todo. Hablamos de una generación de “súper mujeres” tratando de ejercer a cabalidad todos los roles, sin aceptar suplencia de lo que consideraban eran sus deberes y sus obligaciones. Auto exigiéndose más allá de sus límites, mujeres estresadas y casi todas consumidoras de analgésicos para soportar la carga que ellas mismas se imponían.

Ahora observamos que la generación más reciente de madres vive la ventaja de los roles compartidos y aunque todavía falta mucho para lograr un verdadero equilibrio, las mujeres cuentan con mayor comprensión y colaboración tanto en el hogar como en los espacios laborales.

Actualmente hablamos más de la familia como gestora de la vida de los hijos, no es una tarea exclusiva de las mujeres. Los hombres están mucho más vinculados con los hijos y reconocen los méritos de las mujeres en todas sus facetas.

La maternidad cambia la vida, y no solamente para la madre, sino para esa familia que nace en el momento de la llegada de una nueva vida a este mundo.

Incluso si hablamos de estructuras familiares diversas a las convencionales: parejas homosexuales, hogares pluriculturales, madres solteras, en cada núcleo la manera de funcionar es establecer orden, definir tareas, seguir rutinas, compartir responsabilidades, definir metas que causen ilusión.


Cada hijo es único

Las condiciones de la maternidad
Es importante entender que la maternidad si tiene condiciones: hay una edad biológica para ser madre, aspectos económicos a considerar, la estabilidad sentimental, las aspiraciones profesionales y la disposición de tiempo para dedicarle a los hijos.

Hoy en día no se señala, ni se juzga a una mujer que decide no ser madre, se percibe la maternidad como una gran responsabilidad.

Las mujeres tienen los recursos y son libres de elegir no ser madres y darle prioridad a otros aspectos de sus vidas, o embarcarse en lo que según la mayoría de las progenitoras es la más hermosa experiencia de sus vidas.

Hablamos con algunas mujeres para conocer su opinión de la maternidad:

Angélica, abogada: “es la mejor aventura en la que me he embarcado, es un proceso de aprendizaje constante, es una gran responsabilidad, lo considero un milagro, es lo mejor que me ha pasado en la vida”.

Cristina, empresaria: “tengo tres hijos y me siento muy bien conmigo misma y con mis logros personales, ser madre es una aventura maravillosa, tanto que quise repetirla y no hay nada que valore más que mi familia”.

Mariam, educadora: “La maternidad para mí ha sido la experiencia más importante de mi vida, la más amada y que no ha declinado en los 23 años que la llevo ejerciendo”.

Según la opinión médica, biológicamente la mujer actual que cuida su salud podría ser madre sin riesgos para su vida hasta los 40 años. Si tiene más de esa edad debe ir a consulta preparatoria del embarazo y tener mayores cuidados durante el mismo.

Sin embargo, ser madre no es un asunto exclusivo de la biología, puedes adoptar un niño y vivir la experiencia de la maternidad, porque es la entrega y la dedicación, el compromiso con la educación y formación de los hijos lo que en la práctica nos convierte en padres. Es vivir una relación basada en el amor y el instinto para preservar la vida de una criatura inocente de la que eres responsable.

Ser madre es una experiencia íntima e instintiva
La maternidad es una experiencia íntima, única, intensa, demandante y gratificante.

Cada mujer vive su maternidad a su manera, según su carácter, su situación, sus creencias, cultura, costumbres y capacidades.

Ser madre es un proceso físico, instintivo, espiritual y mental de aprendizaje constante que no sigue ninguna partitura.
 
Puedes haber leído mil libros antes del nacimiento de tu hijo para prepararte para ese momento, pero tu experiencia será única, el alumbramiento que cada una vive es irrepetible.
 
El vínculo que la madre establece con cada hijo es único, una mujer puede tener varios hijos y cada relación será distinta y especial, como los dedos de la mano: todos son tuyos, pero ninguno es igual.

No hay dos relaciones madre hijo iguales, porque es tan variada como personas existen en el planeta.

Cada regazo es un espacio de amor en su más pura expresión, es el lugar más seguro que cualquier ser vivo pueda experimentar, a cualquier edad basta con cerrar los ojos y pensar en ese espacio para sentirse protegido.


Nos inspira a ser mejores

Lograr el punto de equilibrio
Una vez un niño de 6 años le dijo a su madre que llegaba de un largo día de trabajo:

¿Mamá por qué la noche llegó antes que tú?
Inmediatamente pensó que tenía un poeta
Pero esa frase hizo que redujera su jornada laboral, además en el colegio la había dibujado muerta en la calle.
Poco a poco ella cambió su vida, decidió trabajar por proyectos, intentó manejar mejor su tiempo, aunque siempre le faltaban horas.
Aunque tuviera ayuda doméstica y las manos sabias de las abuelas, decidió que nadie la supliría en su rol más importante.

¿A cuántas mujeres la maternidad las ha sorprendido, estaba fuera de sus planes, cuántas han tenido que cambiar sus planes por el hecho de ser madres?
Entonces aceptamos que no somos perfectas e intentamos lograr un punto de equilibrio, estamos dispuestas a esforzarnos para ser madres, tener vida de pareja, relaciones sociales, cuidar nuestro aspecto físico. Atrás quedaron las mujeres que se anulaban por ser madres, que quedaban atrapadas en las paredes del hogar con sus cuerpos deformados, no todas fueron así, pero hay que reconocer que en algún momento fue un estereotipo de maternidad.

Ser madres nos inspira a ser mejores para ser ejemplo para los seres que amamos, que nos ven y nos copian todo el tiempo.

Sobre el punto de equilibrio Angélica, madre de 2 jóvenes universitarios dice: “pienso que se da según las edades de los hijos, en etapas más tempranas mi prioridad fueron ellos, sus necesidades, dedicaba la mayor parte de mi tiempo a estar presente, pero sin dejar de ejercer mi profesión, aunque fueran pocas horas. A medida que crecieron y también tenían sus actividades yo logré incrementar mi dedicación profesional y ahora que son prácticamente independientes puedo tener más tiempo para mis actividades”.

Vanessa, nutricionista, madre de 2 pequeños en edad escolar expresa: “creo que si he logrado el equilibrio, pero sacrificando ciertas cosas, como horas de sueño, diversión, tiempo para mí. Estoy sola con mi esposo, sin el apoyo de tener la familia cerca. La verdad que ser la mejor mamá, la mejor esposa y la mejor profesional no se puede. Pero dentro de mis posibilidades, hago lo mejor”.


Ser madres en una gran responsabilidad

¿Qué queremos las madres?
Puedes ser Serena Williams, Julia Roberts, cualquiera de las reinas de Europa, la mujer más rica del mundo, la más inteligente, la mejor profesional, la más ignorante, todas queremos lo mejor para nuestros hijos.

Queremos tener la fuerza física, la bondad espiritual y la inteligencia para lograr formar individuos sanos, independientes y felices.

Queremos tiempo para no perdernos los momentos cruciales, queremos estar presentes, compartir con ellos, prepararlos para su independencia, enseñarles valores, durar lo máximo en sus vidas.

Queremos hacerlo bien, dejar nuestra huella educando y formando a buenas personas, multiplicar lo bueno del ser humano.

No existe un manual para ser madres. La realidad es que hay que hacerlo con responsabilidad y conciencia, guiadas por nuestro instinto que no falla, por la capacidad de amar que es la esencia de esa fuerza maternal que todas tenemos.

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