Hoy quiero iniciar este escrito aclarando que ninguna de las dos conductas es sana para quien la siente, ni para quien la reciba. No importa cuántas asociaciones se hagan entre “celar” y “amar”, los celos siempre estarán relacionados al miedo a perder, y muchísimas veces a una autoestima disminuida. Por lo tanto, olviden esas frases de “si no me cela es porque no me ama.” El miedo no es amor. Más bien, es una emoción transitoria y cambiante, mientras que el amor es un sentimiento que suele permanecer.
Ahora bien, quiero concentrarme en explicarles que los celos son el producto de ideas racionales o irracionales asociadas a la pérdida de ese amor, aunque no es algo exclusivo de las relaciones de pareja porque se pueden presentar en relaciones familiares, laborales y de amistad. Cuando digo “racionales” me refiero a que tienen un basamento real, por ejemplo, amenazas de la pareja en irse con otra persona; y son “irracionales” cuando igual se piensan, pero basadas no en hechos externos, sino en inseguridades internas.
Los celos están asociados a una baja autoestima
Quien tiene celos, tiene dudas. Esa duda es importante resaltar porque así como teme que sea sustituido, también tiene momentos en los que piensa que eso no va a pasar, y por lo tanto, se mantiene en la relación de pareja. Por ejemplo, cuando están juntos la pasan muy bien y se sienten las ganas de permanecer en la relación, pero cuando cada quien consume su tiempo individual, surgen los celos de forma invasiva y ansiosa.
¿Qué piensa la persona celosa? La idea general es que le serán infiel o será sustituido por otra persona. Por lo tanto, es un miedo a que la pareja genere un vínculo sentimental y/o erótico con otra persona. Hasta ahora sólo estoy señalando lo que ocurre en la línea de pensamiento del celoso. Luego vienen los comportamientos comprobatorios producto de ese miedo, por ejemplo, pasar horas viendo sus redes sociales para ver si agrega a alguien nuevo o si comenta alguna foto de alguien que siga; mirar de forma recurrente el chat de esa persona para ver si está en línea y hasta analizar con quién pudiera estar chateando. He visto casos de personas celosas que instalan aplicaciones con gps en los teléfonos de sus parejas para poder monitorear todos sus movimientos. ¡Y es que puede convertirse en algo muy enfermizo!
Finalmente, dejo por aquí un concepto muy mal utilizado por muchas personas: la celopatía. Quien la padece, experimenta pensamientos fijos con una certeza inquebrantable de estar siendo engañado. No es el miedo a ser engañado, sino la convicción basada en nada real. Es decir, se comprueba la fidelidad una y otra vez, pero sigue convencido de la infidelidad. Por ejemplo, revisaba el teléfono de su pareja y, al no encontrar pruebas, decía: “seguro borró los chats”. Las personas con celopatía tienen delirios, es decir, pensamientos no basados en la realidad que no se pueden modificar y que requieren atención psiquiátrica y psicológica. La celopatía es una de las manifestaciones de la psicosis y debe ser diagnosticada por especialistas en salud mental, pues puede confundirse con los celos. No intentes hacer el diagnóstico tú.
Finalmente, te dejo pensando ¿eres de los que creen que un poco de celos es bueno?
