Cultivar el bienestar de la mente
La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es apto para hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad

ESTAMPAS

28/02/2021 05:00 am



Oscar Giménez (*)

La mente en bienestar
Para impulsar una buena salud mental resulta primordial emplear el ejercicio físico, no sólo para mejorar el bienestar de nuestro cuerpo y disponer de una salud activa, sana y equilibrada, sino que además la actividad física contribuye a mejorar la autoestima, reduciendo la ansiedad y el estrés . Los conceptos de salud mental incluyen bienestar subjetivo, autonomía, competencia, dependencia intergeneracional y reconocimiento de la habilidad de realizarse intelectual y emocionalmente.

Las personas con bienestar mental son capaces de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y contribuir a sus comunidades. Por tanto, la salud mental se refiere a la posibilidad de acrecentar la competencia de los individuos y comunidades y permitirles alcanzar sus propios objetivos. Salud mental es materia de interés para todos, y no sólo para aquellos afectados por un trastorno mental.


“La felicidad no radica en encontrar lo que falta, sino en encontrar lo que está presente”.- Tara Brach Fotografía Armin Lotfi Unsplash

En un mundo de locos
El ambiente que nos rodea contiene gran cantidad de agentes estresores. ¡Vivimos en un mundo de locos! Escuchando la palabra en un sentido figurado, podemos decir que cada persona habita un espacio que se convierte en su entorno, una localización (“locus”) aparte de los demás. Cada cabeza es un mundo y cada mundo puede estar aislado de los demás. Mundos dis-locados, es decir, separados y con músicas tan distintas como excluyentes. Así, el lugar donde estamos se convierte en un espacio de insatisfacción en el que la soledad y el aislamiento corroen la certeza en la efectividad para lograr comunicaciones efectivas, relaciones nutritivas y la capacidad de lograr lo soñado.

Un bienestar mental deficiente (como el pesimismo o no sentirse útil) interfiere con la capacidad de pensar y razonar de las personas, al igual que cómo interactúan con los demás y controlan sus emociones” .

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“Quizás la mayor tragedia de nuestras vidas es que la libertades posible, aunque podemos pasar nuestros años atrapados en los mismos viejos patrones”. Tara BrachFotografía Larisa Birta Unsplash

Bienestar y salud mental
En el bienestar mental, las experiencias de las personas se centran en sentirse bien, funcionar bien y afrontar adecuadamente las circunstancias y los desafíos de la vida.
 
Asimismo, es la experiencia propia de una persona consciente de: a. Sentir satisfacción con la propia vida, que a menudo consiste en sentirse confortable, saludable, feliz o con propósito y b. Funcionar bien, esto incluye no solo la capacidad de pensar y razonar de forma acertada para desempeñar sus actividades cotidianas, sino también la capacidad para funcionar socialmente con otros y para afrontar las circunstancias y los desafíos de la vida.

Mindfulness una ventana hacia el bienestar mental
La práctica de Mindfulness contribuye sustancialmente a construir un balance mental a través del entrenamiento consciente de los siguientes ejercicios, enfocado en conectar con el momento presente.

En la quietud de la mente comienza el proceso de relocalización y el encuentro con la experiencia de estar centrado en un ambiente complejo abordado de una forma simple.

1. La primera práctica se centra en tocar la experiencia de estar vivo. Podríamos llamarla “Encontrar la Actitud positiva a través de la conexión con la respiración: ¡estoy vivo!” Tocar con amabilidad la sutil riqueza y fragilidad de la experiencia de ser un “viviente”.

2. La segunda práctica se centra en descubrir la magia en el Mindfulness del pensamiento que abre la experiencia de la mente en quietud.

3. Recorrer la magia de reconocer que no me identifico con mi pensamiento, es decir, lo puedo observar y sostener y quedarme con él sin juzgar si es bueno o malo. Simplemente entender que mi mente lo ha producido al conectarse con un recuerdo, un aprendizaje o una sensación y está ahí porque aún puede ser de utilidad para mi presente. Y comprender qué es tan mío, que lo puedo soltar y dejar ir.

4. Así me conecto con la pacificación del alma, regresando a casa, a la unidad, al presente.

Con la práctica de Mindfulness aquieto la mente. Mis pensamientos son ahora mensajeros, oportunidades para aprender a observar sin juicio y a soltar, liberándome del peso que podría atarme a un “locus” de duración indeterminada.


Una de las tareas esenciales para vivir una vida sabia
es dejarse llevar. Dejar ir es el camino hacia la libertad. 
Solo dejando ir las esperanzas, los miedos, el dolor, el pasado, 
las historias que nos dominan, podemos aquietar nuestra mente 
y abrir nuestro corazón.
Jack Kornfield



(*) Oscar Giménez
Prof. de Mindfulness, Master Coach, experto en Desarrollo Organizacional | Director en H-Connection

Oscar Giménez en Redes Sociales: Instagram @oskar_coach