Todos deseamos sentirnos felices y queridos y con frecuencia buscamos ser aceptados tal y como somos. Pero no nos damos cuenta de que, en la mayoría de los casos, nosotros mismos somos el enemigo más grande para conseguirlo debido a que nos resulta difícil aceptarnos, valorarnos, respetarnos y proyectar hacia los demás una imagen de confianza y seguridad.
Son diversas las razones por las cuales podemos tener una autoestima debilitada. Por ejemplo, haber crecido sin el amor, el reconocimiento o el respeto hacia nuestras diferencias; sin el apoyo o el sentido de pertenencia a un grupo familiar; haber tenido relaciones tóxicas donde el maltrato psicológico y emocional formaban parte de la dinámica que compartíamos; por no saber querernos a nosotros mismos y creer que para ser felices necesitábamos la aprobación, el reconocimiento, la compañía y el amor de otros que, equivocadamente, consideramos más valiosos, importantes y especiales que nosotros.
Lo importante es que, independientemente de las razones que nos llevaron a sentirnos inseguros, tímidos, indefensos, incapaces, desvalorizados, temerosos y pesimistas hacia nuestras posibilidades, podemos cambiar todo lo que sentimos y crear una nueva y mejor imagen de nosotros mismos a través de la reconexión con nuestra verdadera esencia, descubriendo y valorando nuestras cualidades, valores, fortalezas, conocimientos, mejores características y experiencias.
Lo primero es, sin duda, dejar en el pasado el recuerdo de los comentarios negativos y descalificadores que nos dijeron, que nos repitieron y que creímos que nos definían como personas. Debemos perdonar y perdonarnos para soltarnos sin culpa y sin resentimiento de los momentos difíciles que vivimos e iniciar un proceso personal que nos lleve a conocernos mejor, a aceptarnos, valorarnos y a saber que podemos ser nuestro más grande aliado; que tenemos derecho a ser felices, a conseguir las metas y los objetivos que nos planteamos y a experimentar relaciones más saludables, igualitarias y enriquecedoras.
Herramientas para alcanzar la meta
Haz una lista con 5 cualidades y 5 fortalezas. Tomate el tiempo necesario para practicar la mirada interior, sin enjuiciarte ni criticarte, con mucha gentileza. Mírate y encuentra tus cualidades, tus valores y tus fortalezas, haz una lista con ellas y tenla a mano para leerla cuando necesites recordar que eres valioso, único y especial.
Atrévete a ser auténtico. Puedes darte la oportunidad de expresar tus verdaderos sentimientos, pensamientos e inquietudes, en especial con tus personas más queridas. Por supuesto, recuerda que eres responsable de elegir las palabras más adecuadas y el mejor momento para hacerlo, sobre todo si habías escondido esa parte de ti. Acercarte a otros y darte a conocer puede ser muy liberador. No sientas miedo.
Evita compararte con otros. Ten presente que más importante que lo que los demás piensen de ti es lo que tú creas de ti mismo. Cada vez que te comparas con los demás y quieres parecerte a otra persona, pierdes tu identidad. Acéptate como eres, háblate con amabilidad y anímate a ser auténtico en todo momento. Eres un ser humano muy especial y cualquier persona se sentiría contenta y a gusto de compartir contigo. Cambia los pensamientos negativos que tienes acerca de ti mismo. Respétate y confía en tu criterio y en tu capacidad de asumir nuevos retos.
Atrévete a establecer límites. Si te encuentras atrapado en una relación tóxica de pareja, de familia o de amistad porque has permitido que el otro o los otros tomen ventaja de ti y comienzas a sentirte usado y maltratado, atrévete a poner los límites que te hagan sentir protegido por ti mismo. Atrévete a decir NO si lo consideras necesario o a expresar tu desacuerdo, molestia o afectación, de la manera más asertiva posible. Busca ayuda si no te consideras suficientemente capaz de hacerlo solo.
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