La importancia de la higiene mental en estos tiempos
En una situación como la actual debemos ser positivos para no dejarnos abatir por las circunstancias

MAYTTE

10/05/2020 05:00 am



La preocupación por nuestra salud y la de los demás, por las condiciones laborales y además la incertidumbre y la soledad, son algunos de los efectos que nos ha traído esta pandemia. Por ello es muy importante mantener la higiene mental.


La higiene mental es un concepto utilizado para referirnos al conjunto de hábitos y actividades dirigidos a cuidar nuestros pensamientos, gestionar mejor las emociones y mantener comportamientos positivos y constructivos, gracias a los cuales podemos mejorar la calidad de nuestra vida y la de las relaciones personales.

Nueve claves para mantenerla
Fortalecer la autoestima. Atrévete a reconocer, resaltar y apreciar tus mejores características, tus talentos, tus valores, tus cualidades, tus buenos sentimientos e ideas, y sobre todo lo que has aprendido a lo largo de tus experiencias de vida y que conforman la persona que eres.

Sentir confianza. Es importante aprender a tener más confianza en nosotros mismos, en que tenemos el conocimiento, las cualidades, las fortalezas y la capacidad para afrontar la vida de la mejor manera posible. También necesitamos tener confianza en que tendremos el apoyo Divino para resolver cualquier situación que se nos presente. No estamos solos.

Mantener el bienestar. Necesitamos mantener una rutina sencilla y disciplinada de ejercicios físicos para canalizar el estrés y ganar vitalidad. También adoptar una dieta alimenticia más balanceada y saludable que incluya menos alimentos refinados y más alimentos naturales. Y por supuesto dormir entre 6 y 8 horas para descansar lo suficiente y poder recargar las baterías esenciales. Practicar yoga, relajación, taichí y la meditación con frecuencia contribuye con nuestro bienestar integral.

Tener inteligencia emocional. Cuando nos dejamos llevar por las emociones alteradas casi siempre terminamos reaccionando de manera equivocada, al hacernos parte del problema y no de la solución. Respirar conscientes del aire que entra y sale de nuestros pulmones, despacio y con atención, hará que la calma regrese a nosotros y de esta manera reconocer y canalizar las emociones negativas y conservar la calma y la claridad que necesitamos para responder a la situación de la mejor forma posible.

Practicar la atención plena. Esta es una forma consciente de prestar atención al momento presente con interés, curiosidad, sin juicios y con capacidad de aceptación. El estado de atención plena nos permite estar abiertos a reconocer todo lo que ocurre en el presente y a observar nuestros pensamientos y sentimientos verdaderos, sin dejarnos afectar por ellos al no hacer juicios de nuestra parte que nos lleven a considerar si son buenos o malos. Esta práctica nos llevará a conocernos mejor y a estar abiertos a cada experiencia.

Cuidar nuestras relaciones personales. Las relaciones basadas en el respeto y la tolerancia, donde se utiliza la escucha activa y la buena comunicación, terminan siendo duraderas y satisfactorias. El elemento necesario para conseguirlo es la empatía, porque esta nos permite conocer y comprender mejor a los demás y reconocer su valor para nosotros; a través de su práctica aprendemos a ponernos en su lugar, sin juicios, críticas o suposiciones, para experimentar relaciones más saludables.

Tener pensamientos positivos. Construye pensamientos e ideas positivas, cultiva el entusiasmo y el optimismo, renueva tu ánimo y mantente siempre sonriente. No te dejes paralizar por el miedo ni desanimar por el fracaso. Crea frases positivas y afirmativas para ganar fortaleza y búscale siempre el lado positivo a la vida.

Manejar las preocupaciones. Las preocupaciones son un ladrón de la serenidad y del bienestar. Cuando nos sentimos preocupados se instalan en nuestra mente ideas negativas que se tornan obsesivas cuando les prestamos atención. Dramatizar o exagerar el efecto o las consecuencias de una situación, imaginando todo lo que pudiera suceder de la peor manera, solo te traerá estrés, ansiedad y la sensación de sentirte incapaz de manejar el momento.

Aprender resiliencia. Esta surge del convencimiento de que tenemos la capacidad de superar los obstáculos y las dificultades de forma exitosa, sin pensar en el fracaso o a pesar de encontrarnos en el medio de una situación difícil. Además nos ayuda a retomar el control y el ritmo de nuestra vida cuando hemos experimentado alguna perdida, un fracaso o una dificultad.

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