¿Cómo hablarles de sexo?
Esta pregunta hace sudar a más de un padre. Sabemos que debemos educar sexualmente a nuestros hijos pero ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? ¿qué decir? Espero poder ayudarlos con esta guía

ATENEA ANCA

17/02/2020 08:00 am



Iniciemos con una idea general básica: no debe ser una conversación importante, difícil, seria, completa y contundente, sino múltiples conversaciones ligeras acordes con la edad de los hijos. Para eso debemos sentirnos cómodos con el tema de educarlos sexualmente y entender que no por eso estamos empujándolos a un comienzo temprano. De hecho las investigaciones concuerdan con que educarlos retrasa la edad de iniciación; y no porque se hable de miedos sino porque se quita la variable de hacerlo solo por curiosidad o por rebeldía.


No se trata de hacernos amigos de nuestros hijos pero sí de mostrarles que pueden hablarlo con nosotros, por lo que generar un ambiente de confianza es vital. Entiendan que sus hijos son seres sexuados desde que comienzan su vida y sus experiencias sexuales se han ido desarrollando naturalmente. Las investigaciones también concluyen que los niños bien educados en el tema son menos propensos a sufrir abusos sexuales pues logran identificar qué está bien y qué no en cuanto a las muestras de afecto. Tomen en cuenta que la mayoría de los abusos sexuales son iniciados por personas cercanas que se aproximan al niño desde el afecto. Entonces, explicarles de sexo no sólo los protegerá y los preparará para seguir un proceso natural sino que además les permitirá tener una vida sexual sana.

Esos pequeñitos más adelante serán adultos que podrían presentar problemas por el poco contacto con la información. Ejemplo, una niña a la que se castiga por tocar su vulva puede terminar desarrollando terror al coito o ese adolescente que solo se dio un beso con su novia y que ha sido castigado, podrá presentar exceso de ansiedad con su sexualidad y terminar desarrollando disfunción eréctil o eyaculación precoz. No queremos eso para ellos por lo que con mucha naturalidad intentemos tocar los diferentes puntos según el lenguaje de cada chico. 

El cuento de la cigüeña no es buena idea ni siquiera para un niño pequeño. Mejor intentemos esto: “Los niños nacen de la barriga de mami porque papá colocó unas semillitas llamadas espermatozoides que se juntaron con un huevo pequeñito que mami tiene para hacer bebés”. Si pregunta más, se responde con el mismo lenguaje: Las semillitas las colocó con su pene gracias a un acto que hacen las personas grandes: se llama sexo y un día lo vivirás”. 

En el caso de los adolescentes, que saben mucho gracias al Internet, es importante asociar sus cambios hormonales y físicos con los emocionales. Los padres podrán acompañar a sus hijos en este proceso sin juzgar. Por ejemplo, se les puede preguntar si han sentido cosquillitas por alguien, si ya se han enamorado, si saben cómo besar, si quieren a alguien. Es necesario que los adolescentes entiendan que la sexualidad compartida debe ser vivida como un acto afectivo y no solo de placer. Y que cada paso debe disfrutarse al máximo y sin apuros. Si están en la etapa de los besos, dejar que la vivan a plenitud. Así no sentirán que deben estar escondiéndose para vivirlo y apurándose en cada oportunidad de privacidad. Esta es la causa de muchos embarazos adolescentes. A las chicas es ideal llevarlas a su primera consulta ginecológica y decirles que abiertamente pueden pedir otra cuando piensen que la iniciación sexual está cerca, y así poder escoger un método de protección contra embarazos y enfermedades de transmisión sexual.

Finalmente, tomen en cuenta que los niños y adolescentes de hoy utilizan el medio digital para interactuar con amistades y para el consumo informativo, por lo que debemos estar actualizados para ajustar nuestro lenguaje al suyo a la hora de hablar de sexo. Si el tema les sigue dando miedo, tal vez una consulta psicológica pueda ayudarlos a tener más herramientas.