Yoga y cáncer de seno
Estudios recientes demuestran que el yoga, además de los beneficios físicos, puede reducir en 50% los niveles de depresión derivados de la enfermedad y sus tratamientos

REDACCION ESTAMPAS

20/10/2019 05:00 am



Si se diagnostica a tiempo, el pronóstico en la recuperación del cáncer de seno, una enfermedad que ha demostrado no hacer distingos entre hombres y mujeres, puede ser elevado. Por eso el Día Mundial del Cáncer de Seno, celebrado el 19 de octubre, nos invita a emprender actividades que contribuyan a crear conciencia sobre la importancia del diagnóstico precoz


Pero además hay que destacar el papel de la prevención, vinculada tanto con el tipo de alimentación como con la práctica deportiva. “Entrenarse durante 20 o 30 minutos al día”, señala el director del Centro de Patología de la Mama de España, Armando Tejerina, “ayuda a reducir la cantidad de grasa del organismo y a disminuir los niveles de estrógenos, íntimamente relacionados con algunos tipos de cáncer de mama”.  

“Practicar regularmente una actividad deportiva mejora también la oxigenación celular, evita la pérdida muscular y mejora la densidad de los huesos”, añade el experto.

En este sentido, el yoga, como disciplina que integra el cuerpo y la mente, tiene un potencial invalorable no solo para la salud física del paciente, sino también como coadyuvante a la hora de contrarrestar los malestares derivados de la quimioterapia y, sobre todo, el fortalecimiento de su salud emocional y manejo de la energía, lesionadas igualmente por los tratamientos.

Psycho-oncology, una de las publicaciones más autorizadas en la Psicooncología, disciplina que intenta estudiar las dimensiones psicológica, social y comportamental del cáncer, informó recientemente de “una nueva noticia respecto al yoga”, en la que señala que, además de sus beneficios físicos, esta práctica milenaria puede reducir en 50 por ciento los niveles de depresión derivados de la enfermedad y sus tratamientos, lo que repercute positivamente en la calidad de vida del paciente.

Incertidumbre, miedo, estrés, autoestima golpeada por los cambios físicos, son algunos de los confusos sentimientos que un paciente afectado por el cáncer de seno debe enfrentar. Y todo esto afecta negativamente el funcionamiento endocrino, responsable del control de las emociones.

Posturas de inversión como la vela, el arado o el puente, activan las funciones de las glándulas tiroides y paratiroides, y las flexiones hacia adelante regulan la presión sanguínea y la producción de adrenalina.

Las torsiones actúan sobre los ovarios, hígado y páncreas; el saludo al sol activa la circulación linfática, mientras el perro boca abajo o la postura de la vaca ejercen una acción importante sobre los ganglios de senos y axilas.

Pero el primer principio de la práctica de yoga es el control de la respiración. Mediante ejercicios sencillos, la oxigenación del cuerpo mejora inmediatamente, con resultados evidentes en el funcionamiento del sistema hormonal y glandular. 

La relajación consciente es una de las grandes contribuciones de la India al occidente. Su práctica por unos pocos minutos reduce al mínimo las funciones metabólicas, proporcionando descanso verdadero al cuerpo y a la mente, nos protege de las consecuencias del estrés y fortalece nuestro sistema inmunológico.