No te desanimes, sigue adelante
Cuando permitimos que el desánimo, el temor, la negatividad o la falta de voluntad se apoderen de nosotros nos sentimos inmediatamente paralizados

REDACCION ESTAMPAS

06/10/2019 05:00 am



Cuando permitimos que el desánimo, el temor, la negatividad o la falta de voluntad se apoderen de nosotros nos sentimos inmediatamente paralizados y sin saber qué hacer o cómo actuar para ponernos en acción. 


Y es que siempre encontraremos personas que traten de desanimarnos, circunstancias adversas e inesperadas, obstáculos e inclusive muchas veces seremos nosotros mismos, con nuestra actitud negativa, los que crearemos la excusa perfecta para no seguir adelante y abandonar el esfuerzo por conseguirlo. Pero no olvidemos que contamos con una herramienta maravillosa que puede ayudarnos a combatir la inercia y el desánimo que podamos experimentar, y que a través de ella podemos renovar nuestra actitud, recuperar el ánimo y la motivación que necesitamos para trabajar y hacer lo necesario para alcanzar nuestras metas, lograr nuestros objetivos y cumplir nuestros sueños con éxito: ¡la disciplina!

Muchos de nosotros escuchamos esa palabra y la rechazamos inmediatamente pues la asociamos con exigencias, limitaciones y hasta con castigos (que por falta de ella sufrimos cuando niños). Pero la disciplina es con lo único que podremos conseguir todo aquello que no nos resulta inicialmente cómodo. 

Es muy fácil plantearnos retos y más fácil aun iniciar nobles proyectos, pero ¿cuántos de ellos se concretan y se tornan exitosos? "Todos tenemos el arte de comenzar, pero muy pocos el de concluir".

Nada es gratis. Todo lo que queremos lograr tiene un costo y debemos estar dispuestos a pagarlo. A un pianista famoso una seguidora le dijo una vez: "yo daría mi vida para tocar como usted" y él respondió: Yo la he dado. El éxito suele ser engañoso, pues solo se ven los resultados y nunca el trabajo, los sacrificios y la constancia que se pagaron para lograrlo. No busques atajos, prepárate para hacer el trabajo necesario para conseguirlo. 

Claves para lograr con éxito nuestros objetivos 

-Recorre el camino paso a paso
Los cambios hay que hacerlos poco a poco. Si queremos ser efectivos solo podemos ocuparnos de una sola cosa a la vez. Divide el camino al éxito en pequeñas etapas de fácil cumplimiento y así será menos intimidante la tarea por hacer. El logro de cada una de ellas hará que te sientas más fortalecido y confiado.

-No pierdas el foco
No pierdas de vista tu meta, focaliza tus esfuerzos. Tus metas deben ser realistas, posibles, concretas y tangibles. Crea un plan de acción que defina paso a paso las acciones que deberás realizar para conseguirlas. Imagínate logrando tu objetivo, piensa en como te sentirás y empieza a actuar como si ya lo hubieras conseguido. Repite este ejercicio con frecuencia y veras que La Divinidad comenzará a conspirar para apoyarte. 

-Piensa en el beneficio. 
El placer del trabajo realizado nos da paz mental y una gran satisfacción, porque libera endorfinas que nos alegran y alivian a pesar de lo cansados y agotados que estemos. Evita aplazar y postergar decisiones y tareas pendientes, porque así solo te llenarás de inseguridad, preocupación y ansiedad. 

-Potencia tu disciplina. 
Este es un proceso que consiste en programar las tareas y placeres de la vida diaria, de manera que las partes difíciles se cumplan primero para conseguir las más satisfactorias después y así disfrutarlas sin culpas ni limitaciones. Por ejemplo: acostarnos más temprano sacrificando un programa de TV hará que nos levantemos descansados y animados para cumplir con las tareas y compromisos del día de una mejor manera. En un mundo de gratificación inmediata esto es difícil de lograr, pues la mayoría de las personas buscan alcanzarla con el mínimo esfuerzo. 

Desarrolla tu voluntad. No confundamos la disciplina con la rigidez; no busquemos la perfección sino la tranquilidad y obtendremos la satisfacción que proporciona hacer lo que se tiene que hacer en el momento adecuado, para tener el control de nuestra propia vida. Es nuestra fuerza de voluntad el motor que nos lleva en la dirección que deseamos y evita que nos quedemos a la deriva, a merced de las corrientes y los fuertes vientos de la vida.