Claves para convertirte en tu mejor aliado.

MAYTTE

04/11/2018 12:00 am



Para algunas personas es más fácil ser amables, solidarias, pacientes y comprensivas con otros más que con ellos mismos. Lamentablemente, se convierten en jueces implacables de sus comportamientos, actitudes y decisiones, se juzgan duramente y se exigen tanto a o más que los otros.


Cuando vivimos en la búsqueda de la perfección y el éxito material nos resulta difícil manejar lo inesperado, las dificultades, los errores y los posibles fracasos, manteniendo una actitud crítica y rígida hacia nosotros la mayor parte del tiempo. Es con este tipo de actitudes y sentimientos que nos alejamos de la felicidad. Darnos cuenta es el primer paso hacia un cambio de actitud y de hábitos. Poder reconocer la forma en la que nos hablamos y tratamos, junto a la importancia que tiene cambiarla es lo que nos va a llevar a conseguirlo. 

En este proceso, muchas veces, el enemigo más grande a vencer nuestro monologo mental negativo. Esas frases pesimistas que nos repetimos y que refuerzan nuestros temores y limitaciones. Lo primero que debemos hacer es crear y repetir una serie de frases afirmativas que nos sirvan para reforzar nuestras capacidades y cualidades como: “Soy valioso y capaz”, “Merezco ser feliz”, “Puedo superar cualquier circunstancia por más difícil que sea”, “Merezco ser querido”. Recuerda que lo que nos decimos a nosotros mismos afecta la forma en la que vamos a actuar. 

El viaje hacia la autovaloración no es fácil, pero definitivamente vale la pena el reencuentro amable con nosotros mismos.

Para convertirte en tu aliado:

Sé amable contigo: Deja de juzgarte y de criticarte con dureza, encuentra y reconoce tus cualidades, talentos y gana confianza en tu experiencia para hacer las cosas. Comienza a tratarte con amabilidad y decide suavizarte la vida. Conviértete en tu mejor aliado, considérate cuando sea necesario y permítete aprender de las equivocaciones para darte otra oportunidad. ¡Piensa que eres especial!  

Cambia tu monologo mental: Repítete mentalmente y muchas veces al día: Yo soy capaz, tengo derecho a ser feliz, soy una persona exitosa, merezco ser respetado y querido. Crea una frase positiva que te sirva para reforzar, las áreas más débiles de tu personalidad. Recuerda que la imagen que proyectas a los demás depende de lo que pienses acerca de ti. Insiste en el deseo de querer cambiar la forma en la que te hablas, al principio te puede resultar incómodo y difícil, pero con el tiempo comenzarás a usar más palabras amables para hablarte a ti mismo.

Fortalece tu estima: El primer paso para recuperar la identidad y aumentar nuestra estima consiste en aceptarnos tal y como somos, para reencontrarnos y reconciliarnos con nosotros mismos. Aceptarnos, implica mirarnos como en un espejo para reconocer y aceptar lo que vemos reflejado en él con sus cualidades y limitaciones; significa mirarnos con ojos amorosos, con tranquilidad y confianza. Eso somos y nada más, sin juzgarnos, sin calificarnos. 

 Confía en ti: ¡Tú puedes lograr lo que desees! No te sientas incapaz de hacer algo, persevera en tu esfuerzo hasta lograrlo. Recuerda tus logros y apóyate en ellos. En la medida en que te pruebes a ti mismo que eres capaz, te sentirás más seguro y podrás enfrentar retos mayores.