Todos los aspectos de la vida de un paciente oncológico se ven claramente afectados, desde el bienestar físico hasta el estado anímico y el plano más estético. Esto ocurre tanto por los cambios o asimetrías provocadas por la cirugía, como por efectos secundarios de los tratamientos adyuvantes: alopecia, incremento o disminución del peso corporal, cicatrices de las cirugías, etc.
En el caso de mujeres que se han visto afectadas por el cáncer de mama, una parte importante de la mejora estética, que inevitablemente afecta la autoestima de las pacientes, incluye la reconstrucción de la areola, el pezón y el camuflaje de las cicatrices que pueden quedar en la zona después de la intervención.
Por ello, este tratamiento se ha convertido en el más solicitado dentro de la micropigmentación oncológica, que colabora en gran parte con el trabajo médico que pretende lograr que la paciente, de alguna manera zanje su lucha y vuelva a verse como antes, luego de tantos tratamientos e intervenciones médico-quirúrgicas.
En Venezuela, la dermocosmiatra y especialista en micropigmentación Carolina Alfonzo, ha logrado innovar con las mejores y más seguras técnicas para la realización exitosa del tratamiento a través de la implantación de pigmentos orgánicos o inorgánicos entre la epidermis y la dermis.
“Con maniobras especiales creamos nuevamente la estructura areola-pezón logrando un efecto 3D. Se utilizan varias mezclas similares a la pigmentación areolar que, junto a estas maniobras específicas y sistemas de implantación, logramos texturas y claros oscuros muy adecuados, de tal manera que el resultado es verdaderamente hiperrealista”, explica Alfonzo.
Cabe destacar que Carolina Alfonzo, quien es una emprendedora que cuenta con una larga experiencia en dermocosmiatria y micropigmentación, brinda valiosas jornadas de donación para la realización de este tratamiento a pacientes que buscan una solución a su problema y carecen de recursos.
