Más rápido, más lejos, menos lesiones: aprendamos a correr
Entramos en la onda fit y nos sumamos a los grupos de caminadores de cada mañana o al terminar el día. Sin perder responsabilidad y usando los elementos de bioseguridad, pongámonos en movimiento y aprendamos a correr correctamente

ESTAMPAS

27/08/2021 06:00 pm



Sjandra Rendón


Los corredores se han multiplicado, y con el tema de la pandemia por Covid-19 a diario en todo el mundo vemos cómo se han modificado las rutinas con la incorporación de prácticas novedosas que sacan del sedentarismo, o por lo menos, se hace el intento.
 
Los comienzos no son fáciles, el aislamiento obligado motiva a la creatividad y la necesidad de poner atención a nuestro bienestar. Sabemos que el running -puesto de moda en los últimos por los cambios en los estilos de vida como resultado del resguardo para evitar contagios- resulta tentador hasta para el más escéptico.

Pero existen algunas cosas que debemos tomar en cuenta antes de iniciar con el proyecto de correr. Se trata de una serie de consejos o sugerencias que nos ayudarán a evitar lesiones, a desaprender técnicas y a conocer nuestras fortalezas para alcanzar el objetivo de la manera más impecable.
 

La fortaleza se irá incrementando. Fotografía Freepik 

Escuchar y evaluar los sentidos

Antes de comenzar debemos detenernos unos minutos para observar, sentir y evaluar. La intención que se busca con esto es enfocarnos en nuestro cuerpo, las sensaciones, en nuestra forma física y el terreno que se pisa, de esta manera se evita emprender un recorrido de forma inadecuada y desordenada, que dejará resultados agotadores. No se trata de romantizar el método, sino de entender el panorama para comenzar con buen pie.
 
Zancadas
Pensemos en las zancadas. Cuando se dan grandes zancadas ejercemos fuerza extrema de frenado y esto lo que hace es que usemos y malgastemos energía muscular en exceso e innecesaria. Esto quiere decir que cuando son demasiado largas se unen los pasos y hace que se acumule el esfuerzo. Con ello lo que logramos es un cansancio rápido por no darle tiempo al cuerpo para que reinicie el movimiento.

¿Qué debemos hacer entonces? Reducir la zancada para que podamos darle al cuerpo el tiempo que necesite para que ejerza el proceso completo en cada paso. Debemos entonces incorporar los movimientos de forma simultánea y no de manera independiente para que podamos emprender un recorrido con cierta inclinación atlética.

Las técnicas se adecúan según las condiciones. Fotografía Freepik

Levantar la mirada
Otro punto bastante importante es mantener la mirada al frente en todo momento. Al trotar o correr mirando al suelo, mantenemos el cuerpo en forma de curva. Si buscamos mirar 20 metros hacia adelante la visión se mantiene en movimiento y el cuerpo irá hacia adelante, permitiendo que fluyan los sentidos. Esto debe combinarse manteniendo los hombros derechos y respirando de forma serena, porque cuando corremos con la cabeza hacia abajo, mirando al suelo, en un porcentaje significativo se restringe la respiración.

Que no aprieten y que tampoco aflojen. Fotografía Freepik 

Zapatos correctos
En la suela siempre debemos observar los dibujos, porque si llevan tacos podemos evaluar si nos frena al correr.
 
Del tipo de zapato también depende el golpe del pie en el suelo. Si los zapatos son muy ajustados o nos quedan un tanto flojos, perjudica el proceso, interfiriendo en la manera correcta para correr, porque de manera constante buscaremos acomodar las pisadas según el zapato. Esto también genera cansancio innecesario.

Si escuchamos el sonido de los pies al correr cuando golpea el suelo y se trata de un impacto grave, significa que se está golpeando muy fuerte. Aquí se produce un choque excesivo en los músculos que trabajan mientras se corre. Esto trae como consecuencia lesiones en articulaciones y posteriormente en la espalda.

Ligero
Debemos mantenernos ligeros; tratar de correr haciendo el esfuerzo de no golpear tan fuerte el suelo, porque así aprenderemos mejor la técnica que nos aportará un ahorro de energía fundamental.
 
Estiramiento
El torso, que incluye cabeza, brazos, piernas y la manera en que se apoya el pie en el suelo tiene también una tarea por cumplir. Debemos garantizar que el torso y las caderas estén completamente estirados y con dirección hacia al frente. Igual la cabeza y la mirada. Si estiramos totalmente hacia arriba una y otra vez obtendremos la posición que corresponde para un buen comienzo.
 

Que no haya limitaciones para mantenernos en forma. Fotografía Freepik
  
Mientras tanto, los hombros los colocamos lo más relajados posibles, para que al trotar y correr los antebrazos se balanceen por encima de la cadera y mantengamos relajadas las manos en el proceso.
 
Talones
Al correr, otro punto a tomar en cuenta son los talones; cuando vamos veloces comúnmente ellos se elevan de forma inadecuada, pero la realidad es que no debe sobrepasar la altura de la rodilla.

Para evitar lesiones en los muslos o las extremidades inferiores, debemos poner atención a no esforzar las rodillas, porque caemos en el punto antes mencionado, es decir, levantaremos los talones demasiado y habrá desgaste.
 
Fotografía Freepik 

Pisadas
El apoyo del pie en el piso se da en un movimiento hacia atrás y -de ser posible- en la parte exterior del pie. Es decir, las pisadas comienzan por la punta, apoyando en la parte media y finalizando con el talón. Tal vez sea algo confuso en las primeras prácticas, pero es lo correcto para no generar fatiga muscular.

En este punto hay que aclarar que la intención con esta técnica no es que se corra de puntillas y menos con la zona a la que llaman bola del pie, porque de hacerlo ocasionamos tensión y lesiones.
 
Los corredores profesionales inician con la puntilla para obtener una propulsión mayor y, por ende, mayor velocidad. Pero en nuestro caso, como principiantes, no es una opción a considerar por ahora.
 
Otra recomendación es que la zona de contacto del pie en el suelo debe ser detrás de la rodilla, porque disminuye la posibilidad de lesiones.
 

Hidratados y nutridos es mejor. Fotografía Freepik
 
Evitar oscilación vertical 
Cuando observamos a otras personas correr, tal vez vemos los saltos exagerados, a esto se le llama oscilación vertical. Esos saltos hacia arriba y hacia debajo de forma excesiva ocasiona pérdida de tiempo y energía en lugar de ir hacia adelante.
 
En líneas generales, nacimos para correr, pero con el paso del tiempo vamos adquiriendo malas prácticas que nos cuesta luego desaprender. Con observar las técnicas y escuchar recomendaciones podemos mejorar los métodos. Siempre adaptándonos según condiciones, posibilidades y cómo se rinde mejor.