Amores secretos
Son muchas las parejas que deciden ocultar la relación para evitar herir a seres queridos. Pero las interacciones de los inicios forman las bases de una relación con madurez

ATENEA ANCA

13/08/2021 06:00 pm



Estar en relaciones de pareja a escondidas es algo más común de lo que podrías pensar. Los motivos para mantener la relación en la clandestinidad pueden ser muchos, pero los más comunes son: (a) relaciones de pareja que surgen en el lugar de trabajo con prohibiciones explícitas o implícitas de vínculos amorosos entre empleados, (b) relaciones con ex parejas que son mal vistas por la familia y amigos, (c) relaciones de amantes que deben ser cautelosos con el secreto para que no se descubra la infidelidad, (d) relaciones con personas con características que se cree no serían aceptadas por la familia: raza, religión, orientación sexual, edad, nivel de estudios, nivel socioeconómico, entre otros.


Como ven, muchas parejas deciden mantener oculta la relación para protegerse de las heridas que pudieran causarle a sus seres queridos o, al contrario, las heridas que éstos le causarían al evaluar duramente sus relaciones de pareja. Lo cierto es que vivir una relación en la habitación de un hotel o a escondidas en un carro es perjudicial para ambos porque el enamoramiento y las interacciones que se dan en ese inicio, forman las bases de una relación capaz de madurar y mantenerse en el tiempo. Son esas interacciones sociales y familiares las que nos permiten analizar si la relación podrá tener futuro. Al no pasar por eso, la relación no madura ni es puesta a prueba.

Además, muchas veces es mayor el miedo a que algo terrible pase si se enteran del riesgo real de que ocurra algo, porque, finalmente, no son más que opiniones que con el tiempo suelen suavizarse. Recuerdo la confesión de una madre que estaba muy molesta porque su hija salía con un hombre mayor, pero al verlos interactuar muy de cerca para no perderlos de vista, se dio cuenta que ni él actuaba como un hombre mayor, ni ella como una chiquilla, de hecho, lucían contemporáneos aunque no lo fueran. El obtener más información y ver a tus seres queridos siendo felices, suele ser más importante que cualquier otra cosa.

Si una persona te quita el afecto por la relación amorosa que tienes, quizás esa persona esté mejor lejos de ti. Los afectos bonitos y sinceros suelen ser incondicionales. Si la relación vale la pena, hay que buscarle una solución al problema que los mantiene escondidos. Incluso, en las relaciones amorosas dentro del trabajo, es preferible tomar la decisión de que uno busque un cambio de posición o de empresa y que puedan disfrutar plenamente de la relación. Si se acostumbran a lo clandestino, a la larga será perjudicial porque alguno de los dos querrá más.

De hecho, al principio este tipo de relaciones son maravillosamente fogosas gracias al efecto de la adrenalina. La vitalidad a todo dar hace que se sientan acoplados y felices todo el tiempo que están juntos. Pero con el tiempo, las necesidades serán otras y vendrán los reclamos. “¿Preferiste mantenernos en silencio que luchar por nuestro amor?” podría ser una herida del futuro.

Así que, si estás en una relación en secreto y piensas que vale la pena porque puede trascender, es momento de tomar decisiones para subir el nivel de compromiso y asumir las consecuencias de gritarlo al mundo. Les recuerdo ese famoso dicho: el que no arriesga, no gana. Y la adultez consiste en asumir las consecuencias de nuestros actos. Que gane el amor, siempre.

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