Ser madres primerizas vs mantenerse bellas
¿Se puede lidiar con una experiencia que nos cambia la vida en todos los sentidos y mantenernos impecables al mismo tiempo? Podría compararse con limpiar los desastres de un volcán, pero si ponemos atención a ciertos detalles sí se puede

ESTAMPAS

07/05/2021 06:00 pm



Sjandra Rendón


Son muchos los portales en los que le muestran a las mujeres algunos tips para ponerlos en práctica en el tiempo en que estamos en casa y no perder el glamour. Sobre todo, en estos tiempos de confinamiento que nos ha obligado a cambiar algunas maneras de hacer las cosas.
 
Pero ser madres por primera vez es una experiencia que nadie sabe de qué va hasta que se enfrenta a ese episodio extremo y distinto de cualquier otro.
 
En esos momentos, comienza nuestro cuerpo a experimentar desmejoras que antes no notábamos, ni al levantarnos. Las ojeras, las bolsas debajo de los ojos, las raíces diciendo que hace rato tocaba el tinte, una cola o un moño hecha con cualquier cosa que encontramos en el camino, etc.

Experimentamos además cambios de humor, pero el tema aquí se centra en ponerle atención a uno que otro detalle para no perder el rumbo, menos la visión, tampoco la belleza y la compostura al vernos al espejo.
 
Se entiende que el no dormir completo por esperar el llanto del bebe cada tres horas genera en el rostro esa sensación y apariencia de cansancio muy similar a la de “Pepe el vigilante” a la mañana siguiente de terminar su turno.
 
Pero somos bellas simplemente por ser mujer y porque somos parte del milagro de la vida, solo que necesitamos un empujoncito para no proyectar ese pequeño e insignificante descuido que dura un ratico.
 
¿Qué podemos hacer? 

Antes hemos dicho que para todo hay tiempo, tal vez en esta etapa eso no aplica porque un bebe demanda las 24 horas del día, literal. Pero hay lapsos en los que nos podemos convertir en Lewis Hamilton cual piloto de Mercedes y aplicar esos paliativos circunstanciales para hacer aflorar la belleza que nos caracteriza.
 
Bolsitas de té
Un cariño para los ojos y para el bultito que se forma debajo de ellos, -acompañados de esa sombra malquerida conocida como ojeras-, puede ser una bolsita de té.
 
Algunas recomendaciones médicas indican no tomarlo mientras se esté lactando, otros aseguran que es beneficioso, pero para no entrar en esa diatriba, lo que vamos a hacer es calentar agua y colocar la bolsita. Una vez listo, sacamos la bolsita y la llevamos al refrigerador unos minutos más y cuando el bebé esté en esos anhelados minutos de descanso, nos colocamos las bolsitas bien escurridas unos segundos en los ojos.
 
El té, como se sabe, está compuesto por beneficiosos antioxidantes y elementos desinflamatorios que permiten un incremento del flujo sanguíneo. Además, este efecto protege de los daños que pudieran ocasionar los rayos UV.


El mágico corrector puede hacer algo por nosotras. Fotografía lookstudio Freepik

Correctores
La magia de los correctores también es algo que no podemos dejar de usar. Son bien prácticos y de forma rápida podemos disimular con la brochita o el pincel los adornos desagradables que deja el cansancio alrededor de los ojos. También esto del maquillaje es una de las cosas que no recomiendan hacer mientras se esté lactando, pero con un pequeño toque de una cantidad mínima de corrector podemos hacer brillar el rostro. Una toallita húmeda al final de la noche elimina el rastro del producto.
 
La revista Vogue recientemente publicó un artículo en el que describe una lista de conectores más usados; de los que podemos mencionar Maybelline New York, NARS, Make Up Forever, Shepora.
 

Fotografía Freepik

 Tinte o champú 
¿Que tampoco recomiendan pintarse el cabello en el proceso de lactancia? Se escucha mucho de eso también por el tema de los químicos que se pudieran absorber por la piel y transmitir al bebé. Pero con propiedad puedo decir que hay unos productos sin amoniaco que pueden aplicarse para retocar el tono del cabello o acudir al llamado de las raíces. L ́Oréal ofrece entre sus productos el tinte Dédicace, sin amoniacos e ideal para los retoque que necesitamos.
 
Para los labios
Otro toque que le pudiéramos dar a nuestro sensible rostro en momentos como estos es tener a la mano manteca de cacao. Es un producto que no cuesta mucho y que aporta infinitos beneficios a los labios, que además de hidratarlos, contribuye a su cuidado con vitamina E y flavonoides. Es uno de los bálsamos que se han estado usando durante siglos para el cuidado de la piel porque refuerza la producción de elastina y el mismo colágeno.
Una opción en el mercado es Chap Stick; esta marca ofrece muchos colores y sabores.
  

Un cabello rebelde puede ser domado. Fotografía VIX

¿Y el cabello explotado?
Ya tenemos algunas ideas rápidas para evitar que el padre de nuestra bendición nos vea desarregladas. En cuanto al cabello, si lo tenemos liso y largo, podemos cortar unos curiosos flecos que adornen la frente de manera chic. Y en lugar de una cola aburrida podemos tejer una clineja de medio lado o hacer un moño bien alto y adornarlo con algún lazo o liga con aplicaciones bonitas y no tan infantiles.
 
Pero si el cabello es un tanto rebelde y cuesta que asuma disciplina, atarlo con una media cola o gancheta es mucho lo que lograríamos para aplacar su desobediencia. De igual forma existen algunos adornos como cintillos, cintas o bufandas que podemos amarrar para controlar la abundancia de cabello y sumarle juventud a nuestra estampa.
 
Lo ideal es la practicidad y la comodidad, y combinarlo con el cuidado diario que debemos garantizar como madres nuevas..


Atendernos puede ser parte de la agenda del día. Fotografía Freepik

Vestirse a la altura
Cuando hablamos de vestirnos a la altura, no quiere decir que debemos usar ropa elegante para estar en casa. El tema es lucir lo más frescas y bellas posibles buscando resaltar la naturalidad y complementarla con uno que otro truquito. Sabemos que necesitamos estar lo más cómodas para cuando el bebé quiera comer.
 
Pero el complemento de todos los consejos antes expuestos, es la ropa. Debemos evitar en lo posible usar durante todo el día una bata rasgada, manchada en el pecho por la abundancia del alimento de la bendición, o licras maltrechas y encima un franelón de “José Juan”, el padre de la bendición.
Las mujeres estamos hechas para ser admiradas en todas las facetas, lo único que debemos hacer es querernos, consentirnos, buscar adoptar un estilo único que nos identifique siempre, pero para mejor, no para detrimento.
 
A la bata que siempre usamos hacerle un cariñito no caería mal. Coserle una aplicación en el rasgado que tiene o cortarla un poco más arriba y hacerle un ruedo sencillo sería genial.
 
Si se trata de las licras junto con el franelón de José Juan; mejor la convertimos en algo más divertido haciéndole cortes en los hombros para transformarlo y darle un toque distinto que aumentaría el atractivo hogareño.

Destrozadas por dentro, pero de lujo por fuera 
Lo importante de todo es saber que con algunos pequeños detalles podríamos recuperar el glamour. Las mujeres tenemos la capacidad de atender al mismo tiempo los desastres continuos de un volcán en erupción permanente, las labores domésticas y hasta alguna actividad laboral. Y todo con feliz término. Entonces, ¿por qué descuidarnos y mostrar una cara de pocos amigos?
 
Aun cuando se dice que la mujer es bella por naturaleza, es justo que un retoque y un cariño sea parte de la agenda del día. Sabemos que siempre seremos las reinas; y las reinas nunca se deben quitar la corona.