Mauricio Cillingg (*)
La moda al igual que cualquier otra expresión artística carece de parámetros definidos, en ella se pueden expresar los deseos y los anhelos más profundos del ser humano y se convierte fácilmente en la vía de escape de aquellos que ven a la indumentaria y al estilo como la forma tangible más efectiva de proyectar su personalidad, de exponer el verdadero color de su plumaje a favor de que miles de aves al igual que ellos emprendan vuelo rumbo a la libertad definitiva.
Como siempre me gusta decir, la moda es una remembranza del pasado, una muestra del presente y una premonición del futuro, un arca del tiempo que es capaz de transportarnos a territorios lejanos en donde la evolución humana trasciende a las etiquetas para convertirse en esencia pura, en donde en favor de la personalidad se le otorgan concesiones a cosas tan comunes como la indumentaria.
Desde hace un tiempo ya, muchos diseñadores han apostado a crear sus colecciones pensando en resaltar las bondades típicas de la ropa masculina y femenina, para un público al que ya no le importa mucho el nombre, la talla o el género que venga impreso en la etiqueta, sino que enfoca su atención a cómo le queda la prenda, a si se siente cómodo con ella y si el diseño se adapta a su estilo. Esta revolución del vestir ha venido calando en la sociedad con un mensaje de inclusión que libera y que es un eco de distintos problemas que muchas veces la sociedad no aborda por ser considerados tabú.
La realidad es que no importa cuán bien se vea una prenda en el cuerpo de un individuo, si este no se siente bien, sencillamente eso será lo que transmitirá y lo que será observado por las otras personas a su alrededor. Ese factor sentir y proyectar, es el que muchas veces dejamos de lado y el que a su vez es el causante de esta evolución de la indumentaria.
Históricamente el cambio favorecía a las mujeres liberándolas de las prendas de vestir que las reprimían y apresaban con sus costuras. Gracias a genios como mademoiselle Chanel, Paul Poiret y Madeleine Vionnet, durante el siglo pasado las féminas pudieron experimentar la libertad de vestir cómodamente y adaptar su vestimenta a sus necesidades cotidianas, ahora en pleno siglo XXI el cambio apuesta a los caballeros y a su indumentaria tradicional en donde las concesiones nunca han sido vistas con buenos ojos.
Durante el mes de Enero se llevó a cabo la semana de la moda masculina para la temporada otoño invierno 2021, completamente en digital. La oportunidad perfecta para que el imaginario de los diseñadores cobre vida a través de sus creaciones y de los distintos formatos multimedia que dispusieron para presentar sus colecciones de una manera artística. Cada propuesta venía cargada de ese aire de transgresión del que hemos hablado en este artículo, y con cada pasarela que disfrutábamos se arraigaba esa sensación de innovación y desparpajo.
Loewe a cargo de Jonathan Anderson trajo estampados florales y coloridos creados por el artista norteamericano Joe Brainard, al ready to wear masculino para la temporada de otoño- invierno 2021. Las flores siempre destinadas a las mujeres por ser sinónimo de feminidad y sensibilidad, esta vez reinaron en una pasarela destinada a los caballeros. Las vimos en camisas, suéteres tejidos y pantalones, haciendo gala de sus colores y formas.
Pantalones estilo palazzo, bolsos con distintos estampados y bordados, e incluso algunos pantalones con técnicas de bondage reinaron en una colección que promueve a un hombre de gustos sencillos y hogareños.
Valentino con el mago Pierpaolo Piccioli detrás de los encantamientos, presentó en la semana de la alta costura de París por primera vez una selección de atuendos masculinos junto con las creaciones de haute couture para mujeres. Cuellos de tortuga cubiertos de lentejuelas fueron mostrados junto a abrigos con divinos brocados y relieves que semejaban rosas, o en otros casos sacos largos con aberturas laterales por donde se asomaban brazos exquisitamente cubiertos por guantes de piel que sobrepasaban los codos. Una paleta de colores variada también protagonizó y se llevó la mirada de aquellos amantes de las combinaciones entre las tonalidades tierra y colores vibrantes como el rojo y el salmón.
En Etro, su director creativo Kean Etro, ha llevado los estampados tan típicos de la casa italiana a convertirse en un estado de ánimo en donde el optimismo y las buenas vibras forman parte esencial de esta propuesta que nos habla acerca de los buenos tiempos que están por venir. En este caso vimos cinturones de cuero anudados en el torso de los modelos masculinos, dando profusión y protagonismo a su cintura. La paleta de colores también fue vibrante y nos habló de una generación a la que no le importan los viejos preceptos en cuanto a colores y género.
GmbH esta firma alemana que cada vez está dando más de que hablar, y que es dirigida magistralmente por Serhat Isik y Benjamin Huseby, demostró el rostro verdadero de la moda masculina en la actualidad. Con unos soberbios trajes sastre con adherencias en piel fingida, y escotes que dejaban ver los hombros de los caballeros, han sido la verdadera sensación de esta temporada. Camisetas y camisas también incluían en su confección, estas fracciones de tela, que daban mayor prominencia a los hombros y al mismo tiempo entallaban el torso para definir la figura natural del varón. La mayoría de los atuendos fueron aderezados con botas altas en cuero también sintético, y collares plateados al estilo de chokers que también transmitían ese mensaje de que en la dualidad está el secreto del éxito al vestir.
Prada, Louis Vuitton y Dior fueron otras de las grandes casas de moda que presentaron sus colecciones en la semana virtual de la moda, y cada una de ellas le hizo especialmente un homenaje a esta nueva modalidad de diseñar, que siempre tiene en mente que los tiempos están cambiando, y que en la actualidad no se viste a hombres o mujeres, sino que se viste a almas deseosas de expresar su personalidad.
(*) Mauricio Cilingg en Redes Sociales: Instagram: @mauroesmoda
