El panorama energético del año 2022: soñar con los pies en la tierra
Será un ciclo de replanteamientos y de momentos de retroceso. Debemos tener paciencia e ir sin prisa, pero sin pausa, tras nuestros objetivos

ESTAMPAS

28/01/2022 06:00 pm



Ariadna Flores Vitelli

 
El año 2022 nos llega con grandes retos que nos plantean los astros. Lleno de retrogradaciones y una cuadratura Saturno-Urano que todavía nos pone obstáculos, también nos trae la promesa de una conjunción Júpiter-Neptuno muy esperanzadora.

Venimos de un 2021 en el que esperábamos con ansias la llegada del Katún de Acuario, con la idea de un mundo más humano y centrado en las relaciones, el respeto por las igualdades, el amor por lo ecológico, la descontaminación del ambiente y demás ideales colectivos que promete este signo.

Sin embargo, la realidad nos ha dado muy fuerte. Acuario llegó por su lado complicado: la sequedad en las relaciones, el distanciamiento físico, la realidad virtual, la censura en las redes sociales, el descalabro económico de muchas actividades antes tradicionales. Hasta la aeronáutica, típica de Acuario, se vio en serios problemas financieros. Acuario, signo de aire, nos enseñó la importancia de este elemento por las malas: un virus que ataca justamente el sistema respiratorio, desde un año antes de la llegada del Katún.

Así las cosas, luego de dos años de actividades a medias, encerrados en casa, trabajando y estudiando en línea, sin poder abrazar a nuestros seres queridos, tenemos los ojos puestos en un cambio para el 2022.


Fotografía Pavel Danilyuk Pexels 

Pero la energía que viviremos trata más sobre la introspección, la revisión de nuestros talentos, nuestras querencias, nuestras decisiones, nuestra fe y nuestras estructuras. Tendremos cuatro retrogradaciones de Mercurio. Iniciaremos el año con la retrogradación de Venus y lo cerraremos con la retrogradación de Marte. Es decir, será un año de replanteamientos y de momentos de retroceso. Así que tenemos que tener paciencia e ir sin prisa, pero sin pausa, tras nuestros objetivos.

La cuadratura Saturno-Urano que prevaleció en 2021, todavía se alarga en el 2022. Ha sido la que nos ha puesto tantos obstáculos y resistencias para aceptar la nueva realidad virtual, la nueva forma de vivir y trabajar en línea, y la que ha dado al traste con la libertad de expresión. Así que todavía debemos aprender sobre criptomonedas, formas novedosas de generar riqueza, el respeto por las ideas propias y ajenas. Los extremos que se ven ahora sobre lo que se puede o no decir en las redes, deben moderarse. No se puede decir indiscriminadamente y sin filtro todo lo que se piensa faltando el respeto al otro, pero tampoco se puede disfrazar el respeto con mordaza.

Esta cuadratura también nos hace revisar la importancia de la comodidad y el confort desde lo deportivo y lo sencillo, lo más ergonómico para el cuerpo, sin ostentar lujosas ropas y joyas, lindas pero aparatosas. Es volver a lo natural, con lo justo y necesario.

Urano en Tauro nos obliga a romper paradigmas materialistas. Saturno en Acuario nos impone establecer estructuras tecnológicas. Extrañamos los abrazos y compartir con amigos, pero las reuniones virtuales no tienen por qué ser frías: el calor lo ponemos nosotros en nuestros gestos, nuestra risa, nuestras miradas. Lo podemos mostrar a través de la pantalla de una computadora y aun detrás de una mascarilla. Se pueden desarrollar excelentes cyber-tertulias. Ya vendrán los tiempos en los que podremos tocarnos nuevamente, de forma que valoraremos más el contacto. Será más genuino, con pocos y escogidos.

Esta dosis de realidad nos ha llevado a reinventarnos. Estamos en la era de la explotación del conocimiento, a tal punto que ahora hay una sobre-oferta de cursos de todo tipo. Muchos negocios han tenido que pasarse a la venta por páginas web y el delivery. Así han surgido nuevas oportunidades para quienes han sabido captar las nuevas necesidades. Y por allí es el camino: ¿qué talentos tengo y puedo ofrecer a través de la tecnología? ¿Cómo puedo contribuir trabajando en proyectos de descontaminación ambiental? Todo el plástico y smog que se generó en la era de tierra, ahora toca limpiarlos en la era del aire. Allí hay oportunidades económicas.

El eje nodal en Tauro-Escorpio, y allí los eclipses, reforzará el trabajo de Urano: buscar una nueva escala de valores. Este eje estuvo allí en el período 2003-2004. Fue la época en que se creó la plataforma de comunicación Skype, ocurrió el último vuelo del Concorde, algunos países aprobaron el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otros eventos importantes relativos a los cambios de paradigmas.

Pero no todo se trata de negocios y dinero, también está nuestro lado espiritual para desarrollar.

Neptuno ya lleva varios años en el signo de su regencia, Piscis. Nos ha conectado con la compasión, la tolerancia, la solidaridad, el ayudar al necesitado. El covid-19 también sirvió para eso, al ponernos en contacto con el tema de la enfermedad, la carencia de medicinas y apoyar a tantas personas para superar la crisis sanitaria. Y también para acompañar en el dolor a quienes perdieron a seres queridos. Neptuno nos sensibilizó.

Pues bien, Júpiter estará de visita por este signo y hará conjunción con Neptuno. Este par de hermanos juntos pueden ser fabulosos para levantar la esperanza, el optimismo, la fe en un mundo mejor, en el que el amor incondicional prevalezca.

¡Pero cuidado! Ellos también son expertos en el arte de mimetizarse y poner cortinas de niebla frente a nuestros ojos. Así, se distorsiona la realidad, lo vemos todo con cristales color de rosa, nos creemos todo lo que nos prometen, hasta creemos en sistemas económicos inclusivos donde finalmente la mayoría resulta estafada. Por lo tanto, está bien soñar y tener esperanza, pero con los ojos abiertos…

Júpiter pasará rápidamente a Aries, y desde allí nos dará el entusiasmo e impulso necesarios para emprender nuestros proyectos, para levantarnos si sentimos que perdemos la fuerza. De él tenemos que aferrarnos en el segundo semestre.

El inicio del año nos invitará a revisar la conveniencia de nuestras relaciones (Venus retrógrado en Capricornio) y el final del año nos activará la mente para inventar nuevos negocios y formas de comunicación (Marte retrógrado en Géminis). En estos dos momentos hay riesgos de peleas, confrontaciones y rupturas. Pero como dice la canción: “el que se fue no hace falta, hace falta el que vendrá”.

Las retrogradaciones de Mercurio (enero, mayo, septiembre), se darán en una transición de signos aire-tierra, justamente para que revisemos la practicidad de nuestras ideas y podamos escoger sólo aquellas que son aplicables. Mercurio será el que más enredos nos traerá: en enero justo cuando Venus esté retrogradando, y cerrando el año (el 29/12/2022) justo cuando Marte esté retrogradando. Así le gusta jugar a este dios bribón.

Y para Venezuela, podemos atisbar el 2022 a través de la carta del Cero de Aries.



Lo primero que notamos es que el ascendente es Géminis. Esto nos coloca en posición de ser versátiles e ingeniosos, capaces de hacer muchas cosas simultáneamente y de adaptarnos a las vicisitudes diarias.

Luego vemos una Casa X, la casa del gobierno, llena de planetas, incluyendo al Sol que representa a la figura del gobernante. Significa un año en que destacarán las decisiones del mandatario para mantenerse en el poder. Un estelio de Mercurio-Júpiter-Neptuno en Piscis nos habla de la continuidad en los ideales de izquierda. Con buen aspecto a Plutón en Casa VIII, es el gobierno quien controla los recursos.

Esto no significa que el pueblo esté en su mejor estado de ánimo. La Luna, representativa de las masas, está en un grado final y en quincuncio con el Sol. Definitivamente, las energías que representan a la Luna y el Sol están en sintonías diferentes.

Saturno desde la Casa IX intenta imponer orden desde el extranjero, pero sin mucho éxito. Y Urano desde la Casa XI, busca modernizar el sector que representa los marcos legales, pero habrá resistencia.

Mientras tanto, Venus y Marte en tensión con Urano, anuncian asuntos con lo financiero y lo relacionado con defensa, antagonismo de la energía recibida, intensión de mantenimiento de lo establecido.

En fin, un 2022 para Venezuela en el que el pueblo llevará el mayor peso de los sacrificios. Así las cosas, las noticias no parecen muy alentadoras para el país. Pero Venezuela no muere, solamente se transforma, como la energía.

A la luz de las estrellas, soñaremos con un mundo mejor, pero con los pies en la tierra, afrontando realidades nacionales e internacionales. Es la perfecta combinación: ver para creer y creer para ver.


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