Toda su estampa parece tallada a mano. Escoge un atuendo magnífico, que incluye una pamela azul marino durante nuestra conversación. Se muestra sin tapujos, dispuesta a exponer su mundo interior y a explicarnos cómo su nuevo álbum cobra ahora un rol protagónico en su vida. El aguamarina de sus ojos se confunde con el color de fondo de la piscina, que sirve de escenario en el encuentro con la artista.

 
Te vimos en la pantalla grande, en producciones de gran factura del recordado cineasta Diego Rísquez y también en telenovelas de Leonardo Padrón, pero antes utilizaste el apellido Troconis. ¿Por qué decides cambiar tu nombre artístico?

Mi tía, Gabriela Neri, es una diseñadora gráfica que ha desarrollado marcas muy reconocidas. Cada vez que hago algo gráfico o branding, le consulto. Le dije que quería cambiar mi nombre artístico cuando lancé mi música, porque quise hacer como un antes y un después de mi carrera actoral. Ella me ayudó en esa búsqueda y me decía: “eres multifacética, eres mamá, esposa, productora, escritora, cantante y actriz, tienes muchos mundos”. Originalmente me sugirió Anabella Dimonti y quedamos finalmente con Mondi. Eso fue exactamente en 2020 cuando lancé mi primer tema y ahí mismo vino la pandemia.

Voy a estrenar en Miami un cover del tema ‘Vestida de garza blanca’, durante la gala ‘I Love Venezuela Foundation’. Es el primer promocional de mi nuevo trabajo producido por Guillermo Lefeld y James Joubran, dos venezolanos ganadores del Grammy Latino que entendieron mi visión. Trabajamos en coproducción con Javier Marín, acá en Venezuela. Todos los músicos grabaron aquí y la parte electrónica se hizo en Estados Unidos.

¿Ya rodaste el videoclip que acompañará la promoción de este tema que conocimos en la voz de Cristóbal Jiménez?
El videoclip lo grabamos en el estado Portuguesa y en varias zonas del centro de Caracas. Muestra lo bello de nuestro país y refleja lo que le pasa a cualquier inmigrante que extraña demasiado a su tierra.

Has vivido en Puerto Rico y ahora en Estados Unidos, ¿qué es lo que más extrañas de Venezuela?
¡Ay, todo! Mi esposo es argentino y me dice que, si él no va a su país durante un año no importa, no entiende mi apego.

Alguien me dijo que quizás nuestra nostalgia es porque nos obligaron a irnos, fue algo muy abrupto, es como si te quitan a tu mamá y te quedas huérfana de un día para otro. Nunca pensé irme, estaba muy contenta y por razones familiares me fui a Puerto Rico, un lugar que me cobijó mucho. Ahora que estoy en Miami, tengo doble guayabo, porque extraño a Venezuela y extraño a Puerto Rico, donde fundé mi sello disquero y aprendí de esta industria.

¿En Puerto Rico desarrollaste un interesante proyecto educativo para niños?Cuando mis hijas ya tenían un año, comienzo a buscar un preescolar en Puerto Rico. Yo me crié en Mérida y mi preescolar era de lujo, de vanguardia. No conseguí uno que cubriera mis expectativas, quería que incluyera las artes y decidí fundarlo. Diseñé el pensum y la metodología de estudio, de la educación temprana a través de las artes. Siempre fui una persona muy tímida, me costaba comunicarme y logré vencer mi timidez gracias al arte. Siempre me conmovió mucho, educar y sanar a través de las artes, porque siento que esa ha sido mi vida. Hoy en día es el preescolar más buscado en Puerto Rico, se llama ‘Lovely Little Einsteins Preschool’.

Pero dejas entonces un legado…
Claro, a mí lo que me pasa es que yo soy un alma libre. Soy una artista, no me podía quedar para el resto de mi vida llevando un preescolar, aunque a veces pienso lo feliz que era allí. Siento que soy como mutante: hago un álbum, después voy por el segundo, después voy por el tercero. En la música he conseguido mucho eso, que no es una película de cine que tú pasas seis años haciéndola, son dos años de guion, luego tres de producción, luego postproducción. La música tiene ese elemento que tiene la poesía que a mí me ha encantado siempre, desde muy chica, que es como un cuento corto, que son fracciones como cortas y que puedes reinventarte constantemente con cada poema, con cada canción.

 

Y el videoclip es como una pequeña película
Exacto. Siento que ahora estoy aplicando todo, porque actúo, escribo, dirijo y hago producción.

¿Es cierto que dejaste a varios novios y que cuando definitivamente te ibas a casar, tu papá no podía creerlo?
Sí, ja ja ja, mis amigos y mi familia me llamaban como la película de Julia Roberts, “Novia fugitiva”. Pero no es de maldad, es que siento que los artistas somos como almas libres, entonces tenía la sensación de una mariposa que atrapan, que me iban a atar el resto de mi vida y yo huía por la tangente.

¿Y qué hizo tu esposo Nicolás para conquistarte?
Fue muy inteligente. Primero Nico se ganó a mi familia. Fue un hombre muy a la antigua, como cortejaban antes a las mujeres, que iban muy galantes, poco a poco. Al principio éramos amigos, no lo veía como pareja, entonces él sí se fue ganando eso.

Lamentablemente nos estamos separando, y entramos en un proceso final de divorcio. Nos queremos muchísimo, nos hemos apoyado mucho, yo a él en su carrera, he estado con él en todo momento y él a mí. Tenemos tres años en esto, el segundo álbum,“Nosotros”, fue como una despedida. Fue todo ese proceso de la pandemia donde hubo esa reflexión, donde nos agradecimos, nos dijimos lo mucho que nos queríamos, valoramos lo que construimos juntos. Hoy somos excelentes padres con nuestras hijas…somos un buen equipo y siempre lo seremos. Pero siento que nunca entendió mi amor extralimitado por Venezuela.

Sí, todo el arte. Desde chiquita he estado vinculada a las artes. He pasado por todas, desde el teatro y la escritura, que fue como mi primer desahogo, luego el teatro. Mi familia, tuvo por años una galería de arte y crecí viendo a todos estos artistas. Por años también ayudé mucho en la galería y era mi fuente de ingreso, porque el teatro realmente no me daba mucho. Vendía obras de arte para poder financiar mi mundo teatral, y siempre tenía esa como diatriba, si seguía por el camino familiar de las artes visuales o por las artes escénicas y siempre las artes escénicas. Ay Dios mío, a mí me encanta, es que yo amo lo que hago, es la magia, yo digo ese es el arte, es todo mágico. En ese proceso, finalmente a la edad de 37 años me diagnosticaron asperger, fibriomialgia y vitíligo, tres cosas fuertes, el vitíligo fue lo primero que empezó a manifestarse.

¿Cómo cambió tu vida ese diagnóstico médico?
Siento que me relajé, me calmó, porque entendí todo. Dije: ‘ahora entiendo todo lo que me pasó, ahora entiendo qué es esto’. Claro, yo sufría horrible, no entendía lo que me pasaba. Hoy en día me cuido, sé que si de repente estoy en situaciones en las que hay un gentío, me tengo que ir de repente o me voy un rato al baño si me siento abrumada. Lo que me pasó también es que entendí. El día que me lo dijeron, estaba en Nueva York, iba caminando por la calle a mi casa y había como una nevada gigantesca. Estaba como en shock, ya veníamos trabajándolo con la especialista, lo veníamos diciendo, pero yo decía qué insólito que gracias al arte yo pude sobrevivir. Me aferraba al arte, pero no sabía por qué, pero era como el lugar donde yo me sentía bien, sabía que me regulaba, me ordenaba, me organizaba, Bueno, no lo puedo decir en pasado, me organiza, me regula, me pone en eje, me centra.

@deyaniralozanoc / @jotaerremedios

Estilismo: 

Agradecimiento: