Actualmente es la Presidente de High Hill Entertainment, proveedor de contenidos para las cadenas televisivas hispanas de Estados Unidos y además se reinventa en el mundo digital, con su nuevo podcast de entrevistas “Usecheando Ando”, su canal youtube (María Elena Useche) y su página web mariaelenauseche.com.

-Me siento muy bien y muy feliz con el podcast, porque he regresado a mis raíces de periodista, me ha reconectado con algo que me encanta hacer, que es la entrevista y la investigación. Esto ha sido un súper-trabajo de equipo. No ha sido sencillo colocar todas las piezas en un solo lugar porque toma tiempo, investigación y esfuerzo, tener entrevistados interesantes, relevantes y de actualidad. Pero bueno, me siento muy feliz, aun cuando es bastante difícil, por todas las obligaciones que tengo. Estoy trabajando muy duro en esto.

-Estamos en un constante aprendizaje. En lo personal, he estado expuesta a tantos cambios siempre en mi vida desde pequeña. He estado en Estados Unidos, regreso a Venezuela, entré al Miss Venezuela, a la televisión, estudio, me gradúo, tengo hijos. Eso es la vida, cambios, es la constante. Entonces no ha sido difícil, pero es un trabajo de aprendizaje, de muchas cosas que hacer y diferente. Me encanta todo lo que fue la televisión en su momento y lo sigue siendo. Los que hemos estado en televisión y nos encanta hacer buena televisión, siempre vamos a apostar a contenidos de calidad. Me he ajustado a esta rapidez y a estos medios tan a la mano. Es divertido conectarse a nivel global y la nueva tecnología es maravillosa.

-Una vez que llegas a los Estados Unidos, empiezas a trabajar con el público y empiezas a comprender el mercado desde el punto de vista de negocios. El 70% del mercado hispano de Norteamérica es mexicano, entonces tenemos que hablarle a ese 70%. No dejamos por fuera a otra parte importantísima, que es ese 30%, dividido entre boricuas, dominicanos, colombianos, salvadoreños y venezolanos. Es una nación muy grande y tienes que trabajar en base a todos ellos. Ha sido un trayecto bien interesante. En Venezuela vemos las cosas de una manera y cuando te expones a otros mercados, creces mucho como profesional y te conectas con las culturas de Latinoamérica, es maravilloso. Ha sido de verdad un gran aprendizaje.

-No, no pensé que iba a terminar siendo una ejecutiva de televisión. En Venezuela trabajé desde el área de talento, y tuve una productora, pero vinculada al medio publicitario. Cuando llegué a Estados Unidos, empecé a expandir mis conocimientos, a reinventarme, a renovarme y a estudiar otras cosas. Fue cuando me di la oportunidad y me inicié como analista de contenido, después fui programadora de un canal de televisión y actualmente presido una empresa que crea y vende contenidos. Nunca tuve en mis metas eso, pero hay veces que la vida te da buenas sorpresas. Estoy muy contenta de haber estado en la mesa central, no solamente con Eladio Larez, sino con muchísimos otros ejecutivos de la industria que me han enseñado muchísimo.

-Cuando uno es inmigrante tiene que adaptarse al medio ambiente. Estás en un “Melting Pot” o en un crisol de culturas y tú no eres el primero en la fila, hay muchos como tú que quieren llegar al mismo lugar, por ende tienes que hacer la fila y esperar tu momento. Pero mientras haces la fila, para que llegue tu oportunidad, tienes que trabajar y tienes que pagar las cosas que debes. Entonces te toca buscar trabajo y no necesariamente consigues en el área en la cual tú te has desarrollado en tu país de origen. Por lo que debes tener humildad, paciencia para que tu tiempo llegue y debes abrazar con mucho amor ese momento que estás viviendo, porque también te deja enseñanzas. Fue interesante pasar por allí, pero cuando uno se prepara en la vida, cuando uno estudia, no importa dónde estés, vas a llegar, porque tu conocimiento, tu inteligencia te lleva adonde tú quieras y alcanzas tus metas.

-Bueno no lo recuerdo, porque realmente nací en Maracay, pero a los 4 días de nacida me llevaron a Anzoátegui y sí viví en el campo petrolero de San Tomé. Mi papá era piloto de una de las petroleras y estuve allí los primeros tres años de vida. Entonces obvio, tan chiquita, no puedes tener ningún tipo de recuerdo, pero sí tengo las historias que mi papá y mi mamá me cuentan, de lo que era San Tomé, de lo lindo que era ese campo petrolero, parecido al estilo de las urbanizaciones norteamericanas. Ese es el recuerdo que tengo. No obstante, tengo recuerdos muy hermosos de cuando regresé para ser coronada como Miss Anzoátegui, y tengo en mi corazón todo el amor y la calidez de su gente tan genuina.

-Del Miss Venezuela lo mejor. Yo no sé qué ha pasado en los últimos tiempos, porque estoy un poquito desconectada de Venezuela, pero de mi época puedo dar fe y testimonio que ha sido uno de los momentos más espectaculares que he vivido. Fue una academia extraordinaria, una formación impecable. Ojalá todo el mundo pudiera pasar por un Miss Venezuela. Parecía una academia militar, de lo que es elegancia, estilo y presencia. Una vez que te la dan, queda en tu sangre. Se lo agradezco eternamente a Osmel Sousa y a todo el team de la Organización, porque me hicieron de verdad, me moldearon de una manera maravillosa, porque no le hacía mucho caso al vestir, aunque me gustaba la moda.

Fuimos el último Miss Venezuela al Teatro Municipal, ese recinto tan importante. Fue extraordinario y emocionante, cuando vi a Celia Cruz sobre esa tarima. Estábamos tan cansadas de trabajar, porque sí trabajamos muy duro con nuestro bello Joaquín Riviera. Cuando llegó Celia, estábamos sentadas en el escenario y recuerdo perfectamente, como si fuese ayer, que se montó en la tarima y dijo: “Hola misses, ¡azúuucar!”. Y nos reímos tanto, nos entró una energía en el cuerpo, nos paramos y empezamos a bailar con ella, a sentir la música y desde ese instante no paró la magia. El Miss Venezuela para mí fue un sueño hecho realidad. De las chicas, no mantengo contacto con ellas, sólo con Inés María, porque está aquí cerca en Miami. Del resto, las veo por el Instagram y ¡están preciosas!

-La UCV… Tocas mi debilidad. La amo con locura. Mis profesores, todo lo que viví allí, toda esa mujer…, esa formación de estructura académica que tengo en la vida, se la debo a la Universidad. Para mí seguirá siendo la mejor universidad del mundo. Lo que esa universidad me dio es irreemplazable. Mi momento en el Aula Magna fue uno de los momentos más importantes de toda mi vida, porque fue la culminación de un esfuerzo muy grande, era madre, trabajaba, tenía miles de compromisos y lograr graduarme en una universidad tan excelente fue un gran triunfo. Ese triunfo no me lo quita nadie. Mi tesis de grado fue una monografía sobre la Ley de violencia contra la mujer y la familia, en la cual diserté cómo fue comunicada esta Ley en los medios, en el instante en que hice la investigación. Fue bien interesante, porque teníamos un instrumento legal extraordinario, pero no teníamos instituciones que lo hicieran cumplir. No sé dónde está eso ahora.

 -Ciertamente mi hija es mi vida. Ella fue toda la energía que tuve para lograr tantas cosas durante mi carrera y toda mi vida. Fui bien fuerte con ella como madre, porque pensaba que mi hija estaba naciendo en un mundo muy difícil, muy convulso y necesitaba estructura, directriz, verticalidad, para hacer una mujer íntegra. Cuando eres así, tú no eres la mejor mamá del mundo por un tiempo, hasta que ellos crecen. Cuando crecen, se dan cuenta y te dan las gracias y te abrazan y te dicen: “Gracias mami, porque lo hiciste así”. Esas han sido sus palabras. Y yo sabía en momentos que no era la preferida por ella, pero sabía que estaba haciendo lo correcto por ella. Tenemos una relación maravillosa el día de hoy. Estados Unidos fue una gran oportunidad para ella. Hoy en día es una chica que se graduó en su Universidad en Bio-Medicina. Tiene un Máster, trabaja en una súper empresa y es una mujer que está casada, lleva su vida super organizada, maravillosamente. Y eso era lo que yo quería criar, un individuo que fuera un ejemplo dentro de la sociedad y que pudiera aportar su inteligencia para hacer que las cosas fueran mejor. Estoy conforme y feliz con lo que logramos juntas.

 Ahora sí voy a hacer una abuela consentidora (risas), porque ya no tengo la responsabilidad de criar, sino de gozar a mis nietos y los estoy esperando…

- “Mujeres extraordinarias” fue un proyecto que hice con una Fundación de mujeres, acá en los Estados Unidos y fue muy lindo. Ya lo grabamos y está en manos de la Fundación para comercializarlo. Creo que estará en diferentes países y me iré enterando en la medida en que la fundación lo comunique y en cada país lo apoyaré.

Mis proyectos en este instante son el podcast, que lo estoy promocionando muchísimo. Está saliendo en YouTube. Lo pueden escuchar en Spotify, en Apple-Podcast y en mi página web (www.mariaelenauseche.com). Dentro de la página tengo artículos e información de cursos y coaching que estaremos dictando a finales de año. Es mucho lo que hay que trabajar. Crear contenidos toma tiempo, entonces estamos solidificando esta primera fase. Quiero hacer “coaching” dirigido a mujeres. Me gusta trabajar con mujeres en el campo profesional, cómo actualizarse, cómo insertarse a las nuevas dinámicas en el mundo, para que opten por mejores posiciones a nivel tanto regional como global. Allí es donde está mi mirada, en ayudar a la mujer, a través de cursos, a través de podcast, a través de artículos y poco a poco iré lanzando cada una de estas fases.

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