La importancia de la propiedad intelectual
A partir de la segunda revolución industrial cuidar de los derechos creativos se convirtió en un mecanismo de protección que continúa siendo un factor clave en el desarrollo de negocios. Miramos la situación en Venezuela con un experto

ESTAMPAS

14/05/2021 06:00 pm



Marsolaire Quintana

Muchas han sido las preguntas que lectores me han hecho sobre derechos de propiedad intelectual y de la marca. Si bien el promedio de un emprendimiento en LatAm es de 3 años y medio, bien vale la pena acercarse al tema sin prejuicios y con objetividad. El abogado y especialista en el tema, Cástor González Escobar, reconocido experto en la lucha antipiratería en la región, respondió algunas de las posibilidades para que un emprendedor pueda sentirse protegido y a resguardo con su creación de modo accesible.

“En Venezuela, la protección de una marca se adquiere fundamentalmente con el registro, por lo que antes de salir al mercado con una nueva iniciativa de negocios, es fundamental al menos iniciar el proceso de registro ante el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI)”, señala.


Para el experto, demorar esta decisión, sea por desconocimiento o no dándole la debida jerarquía por razones de presupuesto, es arriesgar todo el esfuerzo e inversión que se haga en posicionar un nombre en el mercado. En cuanto a lo accesible, es relativo, pues solo los costos oficiales a pagar al SAPI, actualmente alcanzan aproximadamente USD $ 275 y a ello deben sumar los honorarios de un especialista legal, una de las formas más idóneas de tramitarlo.
 
¿Qué debe tenerse en cuenta a la hora de legalizar una marca?
Según González Escobar, la medida fundamental antes de salir al mercado, como primer paso, es validar que la marca sea registrable, para lo cual no solo basta con verificar que no haya otras idénticas o altamente similares previamente registradas o solicitadas, sino que además su marca cumpla con los requisitos de ley, como, por ejemplo, que no sea genérica o descriptiva. Agotado este proceso, debe iniciarse entonces el trámite de registro.

En los meses que escribo esta columna he podido ver el desconocimiento general que los emprendedores y dueños de Pymes tienen sobre el asunto. Y eso se debe a dos preconceptos. Por un lado, pensar que este trámite es plata perdida. Por el otro, que una idea en sí misma no tiene valor y sólo lo material es lo que permite calcular costos y ganancias.
 

Asegúrate de que la marca cumpla con los requisitos de ley

¿Por qué es tan necesario a mediano y largo plazo protegerse?
Al consultar a los directivos de la OMPI, supe que, pese a la pandemia, el registro de marcas creció entre un 20 y un 26% en 2020. En un evento reciente por Zoom me enteré de la intensa actividad que tuvo este organismo no sólo por la carrera para buscar la vacuna, sino del registro de nuevas marcas digitales, consideradas complementarias de las analógicas y que, a esta altura, ya han sobrepasado con creces a sus progenitoras. Todo esto debe ser una bandera de alerta para proteger nuestras ideas.

Según Castor González, la marca es, en esencia, un signo distintivo que diferencia un negocio, producto o servicio de sus competidores; “y al registrarla, se adquiere un derecho de exclusividad a utilizarla, pero también para impedir que cualquier tercero la use sin la autorización de su titular. Es allí entonces donde la marca registrada, ese derecho de exclusiva, se convierte en la mejor recompensa del emprendedor, pues le permitirá detener e impedir todo uso no autorizado de ese signo distintivo que ha posicionado con tanto esfuerzo y creatividad”.

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