Maternidad, más allá de la biología
Un alto porcentaje de mujeres en edad madura ha decidido postergar la maternidad, o sencillamente no experimentarla. ¿Por qué es un importante segmento para atender desde los negocios?

ESTAMPAS

07/05/2021 06:00 pm



Marsolaire Quintana

El Día de las Madres suele ser una de las fechas convencionales y comerciales más dinámicas y sirve como termómetro para determinar cómo está la economía menuda, aquella que más mueve las dinámicas de una ciudad. Sin embargo, cada vez es más alto el porcentaje de mujeres adultas y con poder adquisitivo que han postergado la maternidad o que han decidido no experimentarla. Son las que deben contestar preguntas incómodas de familiares y hasta de desconocidos.

 
Los movimientos de emancipación han conseguido visibilizar la situación de estas mujeres, sus argumentos para no hacerlo y las formas de “llenar el vacío” que supone no ser madres. El Día de las Madres pareciera ser para ellas una fecha incómoda. Sin embargo, la maternidad no debería formar parte de un check list, no supone una falta, no amerita vergüenza o lástima.  
Movimiento NoMo se revela como un nicho de oportunidades

Negocios para NoMo
El imaginario alrededor de las mujeres independientes y sin hijos las expone como frías, duras, racionales, empresarias vaciadas de humanidad. Debe decirse que está alimentado del cine y de otras expresiones pop que no señalan ventajas, sino que apuntan contra supuestas consecuencias: soledad en la vejez, falta de realización como mujer, posibles enfermedades mentales como depresión o angustia.

Sin embargo, el movimiento NoMo (Not Mothers) se ha revelado como un nicho de oportunidades para hacer negocios, emprender social y económicamente, ayudar a comunidades y empujar a otras mujeres, incluidas las mujeres madres, a empoderarse y desarrollarse: cooperativas, organizaciones sin fines de lucro y otras más que garantizarían la autogestión y la autonomía.

Ser la mamá de un proyecto o de una causa
La maternidad, tal como se ha entendido hasta el momento, no es un asunto exclusivamente biológico. Se puede maternar a un niño adoptado, se puede maternar también una idea con o sin fines comerciales. Lo que pretendo afirmar es que la energía de la maternidad, aquella referida al cuido, a la nutrición, al afecto y presencia incondicionales, pueden y hasta debería formar parte del mundo laboral.

En estos tiempos de nueva normalidad hay que cambiarse el chip y entender que la realización personal no pasa por la maternidad como un deber ser; y que la maternidad no tiene que ver con el género de un individuo. Por último, que en la energía hermosa de criar (y crear) es tan importante el cuidado que supone la energía femenina como la demarcación de límites que aporta la masculina. ¿Cómo maternas tus proyectos?

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