Paula Vargas (*)
El por qué de esto, lo podemos encontrar en muchos lugares: cómo fuimos criados, lo que creemos que se considera socialmente aceptable y quizás hasta en las experiencias tempranas que vivimos con el dinero.
Si estamos en una relación seria y comprometida, el no hablar de dinero es quizás el peor error que podemos cometer. Buena parte de los problemas que se presentan están relacionados de alguna manera con el dinero: sobre nuestras expectativas, creencias o incluso nuestros miedos. Simplemente, por esa tendencia a omitir o a suponer que todos tenemos la misma posición en este tema.
Una parte importante de las parejas con las que conversamos en nuestras asesorías, confiesan que sólo hablan de dinero cuando se presenta un problema. Si, en ese momento donde las emociones están a flor de piel y dónde quizás sólo podemos hacer frente a las consecuencias de las decisiones que tomamos en el pasado.
Fotografía Pana Kutlumpasis Pixabay
Fundamentos de las finanzas en pareja:
En el mundo de las relaciones de pareja no hay verdades absolutas. Cada pareja tiene su propia dinámica, y deben encontrar qué cosas les funcionan y cuáles no. Este artículo pretende ser una guía, donde incorporamos los pilares fundamentales que les pueden ayudar organizarse y lograr el éxito:
1. Comunicación:
Para comenzar es importante tener una larga conversación, donde con una mano en el corazón respondan exactamente qué piensan sobre el dinero, cuáles son sus miedos, cuáles son sus aspiraciones y cuáles son sus expectativas. Sean sinceros: si la prioridad es viajar, comprarse ropa de moda o salir todas las semanas a probar un restaurante nuevo ¡díganlo! No todos vamos a tomar decisiones de la misma manera sobre lo que gastamos, cómo invertimos o sobre cuál es el monto ideal para el ahorro. Asimismo, mantener cuentas ocultas, restringir el acceso a información financiera, o simplemente mentir va totalmente en contra de construir una vida juntos. Es importante tener las cartas sobre la mesa para evitar frustraciones, conocer los puntos de negociación y compromiso. El ejercicio es positivo, les va a proporcionar libertad y paz mental.
2. Plantearse metas comunes:
Esta práctica ayuda para varias cosas: 1) A mantenerlos motivados y aceptar los sacrificios que hay que hacer en el camino. 2) Pone en evidencia las expectativas de cada uno, y finalmente 3) les da sentido de “equipo”, ya que tienen una responsabilidad compartida sobre la meta. Un cuestionamiento que me ayuda mucho personalmente en esta etapa es preguntarme ¿cómo mi pareja puede ayudarme a conseguir lo que quiero?, pero no solo desde la visión financiera de aportar dinero, sino desde su conocimiento, su punto de vista y su compañía.
3. Seguimiento:
Hablar de dinero con tu pareja no es un evento que sucede solo una vez en la vida, tenemos que convertirlo en un hábito. El entorno económico cambia, nuestra situación financiera individual también puede cambiar, incluso nuestros deseos cambian con la edad. Al principio cuesta, es incómodo, incluso fastidioso, pero como cualquier hábito que queremos desarrollar requiere disciplina y repetición.
Mi recomendación es que asignen una fecha para tratar estos temas, puede ser una vez a la semana o una vez al mes, pero háganlo con frecuencia. Este es un espacio para revisar sus metas, compromisos pendientes y si el dinero se está utilizando según los acuerdos.
4. Establecer roles:
Una vez que conoces expectativas y planteas metas en conjunto, el siguiente paso es asignar responsabilidades. Cada uno debe asumir el control de las tareas donde muestra más fortalezas. Quizás tú eres buena para la planificación y seguimiento, mientras que tu pareja es buena para buscar nuevas oportunidades de inversión. Trabajar en equipo les garantizará el éxito.
Recomendaciones para finanzas sanas y felices:
Estas son algunas de las acciones que hemos tomado y que nos han funcionado extraordinariamente bien, especialmente para bajar el estrés, a ser más empáticos, pero sobre todo para fortalecer nuestras finanzas y nuestra relación.
● Educarse juntos:
Tenemos que dejar de asumir que las finanzas personales son algo de sentido común y empezar a responsabilizarnos por nuestra educación. Aprender juntos, les ayudará a tomar mejores decisiones, a estar más preparados y más alineados en lo que quieren alcanzar. Pueden comenzar con un libro, ir a una charla o tomar un curso juntos. Crear espacio para la discusión de estos temas es sumamente enriquecedor para la vida que desean construir.
● Crear un fondo de emergencia común:
Esto les proporcionará paz y tranquilidad, quizás ya lo llevan a nivel individual. Pero, ¿qué pasa si los 2 se quedan sin trabajo?, o si hay una causa de fuerza mayor que les impida generar ingresos. Calcula cuál sería ese monto ideal para tu familia y empiecen a ahorrar.
● Protegernos:
Es vital también que ambos cuenten con la protección adecuada y mucho más en estos tiempos. Cada uno debe contar con un seguro de salud en caso de sufrir un accidente o enfermedad, ya que un incidente de esta naturaleza puede desequilibrar completamente tus finanzas y lanzar por la borda todo el proceso de planificación. Inviertan también en un seguro de vida. Recuerden que para comenzar la prioridad es asegurar al mayor productor de ingresos de la pareja, de esta manera pueden amortiguar el impacto financiero de una falta prematura.
● Nunca faltar a una “Cita Financiera”:
Este espacio de seguimiento de nuestras finanzas, no tiene que ser tedioso y aburrido. Hagan la reunión en un lugar distinto, preparen algo rico para comer (en mi caso me convencen con un buen postre), hasta incluyan una botella de vino, lo que ustedes consideren pueda convertir esta velada en algo especial.
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