Con la “Z” del Zorro
“En su corcel, cuando sale la luna, aparece el bravo Zorro. Al hombre del mal, él sabrá castigar, marcando la zeta de Zorro… Zorro… Zorro... Zorro… Zorro…”

MARIÁNGELA LANDO BIORD

17/11/2019 05:00 am



A lo largo de 82 capítulos, en tres temporadas transmitidas originalmente entre 1957 y 1961, Guy Williams enamoró a millones de televidentes del mundo entero como el playboy don Diego de la Vega quien, oculto tras un antifaz y una capa, impartía justicia en la California española de principios del siglo XIX como el Zorro.


Don Diego, el único hijo de don Alejandro de la Vega, regresa a su Los Ángeles natal convertido en un hábil espadachín y en un jinete sin igual tras sus años de estudio en Madrid. Al descubrir las injusticias y abusos en la colonia española en México, decide esconder sus dotes de luchador y, oculto tras un traje, capa, sombrero y antifaz negros se enfrenta a bandidos, militares y funcionarios corruptos que abusaban de los buenos y honestos habitantes de California.

Un sirviente mudo, Bernardo, lo ayuda fielmente en su batalla contra la potencia colonial y para frenar a ladrones y malhechores que azotaban las tierras californianas. Su caballo negro Tornado obedecía a sus silbidos, lo salvaba cuando estaba en dificultades y se enfrentaba a la adversidad por su dueño que, a los ojos de la sociedad, sólo se dedicaba a leer, bailar, cantar y enamorar a las chicas de la zona. 

Los capitanes Monasterio, Briones, Arrellano y Mendoza trataban de imponer su ley y usaban como peones al bonachón sargento Demetrio López García y al inocente cabo Reyes. Mientras tanto, el capitán Arturo Toledano era honesto y un rival de altura para el Zorro.

El gobernador se dejaba llevar por la corriente, mientras el clero hacía lo que podía para salvar a campesinos e indígenas de los abusos de poder.

El Zorro dejaba su firma, una “Z”, tras cada acción y como marca para corruptos, ladrones y abusadores.

Años después intentaron hacer una reedición televisiva sin mucho éxito. En el cine tampoco tuvo suerte a pesar de contar con actores como Antonio Banderas, Catherine Zeta-Jones y Anthony Hopkins en el elenco de la versión de 1998, La máscara del Zorro.

Y es que Guy William hizo de don Diego/Zorro un héroe inmortal, honesto, valiente, con valores y sentido del humor. El sargento García y el cabo Reyes siempre se llevaban la peor parte, pues sus jefes les exigían atrapar a un “rufián” más inteligente y hábil que ellos.

La taberna/posada era el lugar de encuentro y conversación, y los muebles volaban por los aires un capítulo sí y el otro también, pero al día siguiente los muebles seguían allí, como si nada hubiese pasado. El fuego devoraba el cuartel o las haciendas, y en el próximo episodio no se veían señales de lucha, pero bueno…

Ya no hacen series como así: Divertida, con picardía y humor pero también con mucha inocencia.