La Navidad es la época del año donde hay más energía positiva en el ambiente. Cuando se acerca esta época comienzan a aflorar sentimientos de alegría motivándonos a continuar con las tradiciones navideñas como los pesebres o también llamados nacimientos, una costumbre muy representativa que no puede faltar en nuestras decoraciones.
El primer nacimiento viviente tuvo lugar en la ciudad de Greccio, al norte de Italia, donde San Francisco de Asís en el año 1223 quiso celebrar una noche buena en la que se reviviera el recuerdo del Niño Jesús.
Las costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió en tiempos pasados y dicha tradición actualmente, persiste en países como Italia, España, Francia, Austria, Alemania, la República Checa y los países latinoamericanos.
En nuestro país es común que desde pequeños se nos invite a participar en la creación del nacimiento, esmerándonos para que quede lo más real posible.
Poner un nacimiento en casa, en el que podamos contemplar la estrella de Belén, el pesebre, los pastores, los tres reyes magos, José y María, puede ser una actividad que fomenta la unión familiar y al mismo tiempo, convertirse en una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes.
La creatividad le da ese toque especial a cada nacimiento. Por supuesto que el personaje principal de la representación es el Niño Jesús, donde en la mayoría de los casos se espera para ser colocado a las 12 de la noche del día de Navidad o se mantiene tapado hasta ese momento.
Algunas familias le agregan a la decoración del pesebre el Ángel Gabriel, los camellos de los tres reyes magos, muchas ovejas y otros animales de granja, además de pastores, musgo, casitas, ríos, montañas, puentes y pozos de agua, para darle un aspecto más representativo y real.
Es recomendable que el pesebre se coloque en la entrada de cada hogar para atraer la energía de renovación y salud para el año siguiente.
Son diferentes las maneras de representar este momento, pero todas se hacen con el mismo sentir y disfrute. De eso se trata la navidad, de darle vida a esas creencias y tradiciones con las que crecimos.
