A todos nos ha pasado, sentimos que estamos siguiendo bien nuestro presupuesto, todo parece estar en orden pero cuando revisamos nuestro estado de cuenta, algo no cuadra, una parte del dinero misteriosamente se esfumó.
Hoy queremos hablarte de un concepto de las finanzas personales que pocos conocen pero del que todos somos víctimas en algún momento de nuestras vidas: Los gastos hormiga.
Son pequeñas sumas de dinero que gastamos a diario y prácticamente sin darnos cuenta, debido a su proporción respecto a otros gastos y por el destino que le damos. Su principal característica es su invisibilidad y son el peor enemigo del ahorro. Parecen inofensivos cuando los vemos por separado, pero al sumarlos se convierten en cantidades espectaculares de dinero.
La lista de ejemplos puede ser infinita pero en los más comunes están: el café y la galletita de la tarde, las propinas, los cigarros, los taxis, suscripciones mensuales a servicios de TV o música, cuotas mensuales y comisiones que podrían evitarse, entre otros.
¿Cómo puedes evitarlos?
Identifícalos: llevar un registro detallado de todos tus gastos ha demostrado ser la herramienta más eficaz para identificarlos y conocer tus patrones de consumo, por encima de tus creencias.
Hazte consciente de ellos y acéptalos: una vez que ya sabes cuáles son es momento de hacer una reflexión: ¿realmente necesito hacer estos gastos? ¿qué tanto afectará mi estilo de vida eliminarlos?. Si la respuesta es no, pues ya sabes que hacer. Ahora si estos gastos son importantes para ti, simplemente inclúyelos en tu presupuesto, de esta manera ya no serán una fuga indiscriminada de dinero sino un gasto planificado del que puedes disfrutar plenamente.
Sácale más provecho a la tarea: no te quedes solo en cortar el gasto, redirige ese dinero a tu ahorro para construir o robustecer tu fondo de emergencia, o tu ahorro para las próximas vacaciones. Recuerda que no hay ahorro pequeño si eres constante.
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