Nos gusta compartir recomendaciones y herramientas que cualquiera pueda aplicar rápidamente para mejorar su andar financiero. Hoy queremos enfocarnos en un elemento que toma un poco más de tiempo y trabajo: nuestra mentalidad financiera.
A continuación te presentamos cinco reflexiones que puedes hacer hoy sobre tu mentalidad financiera:
¿Conoce tu patrón financiero? Conocer qué emociones y creencias tienes arraigadas en tu subconsciente respecto al dinero, es el primer paso para entender por qué tomas ciertas decisiones y por qué te sientes de cierta forma al recibir (o gastar dinero). Pregúntate: ¿qué expresiones escuchabas de niño sobre el dinero? ¿cómo llevaban sus finanzas tus padres? ¿qué experiencias sobre el manejo del dinero, positivas o negativas, recuerdas en tu juventud?
¿Piensas a largo plazo? Es fácil que las preocupaciones del día a día nos atrapen. Sin embargo, el futuro es algo que no podemos descuidar, ya que las decisiones que tomes hoy respecto a tu dinero tienen un impacto gigantesco en lo que sucederá en los próximos 10 a 20 años. ¿Qué tipo de vida quieres ofrecerle a tu familia? ¿te gustaría continuar esta lucha diaria o preferirías estar más tranquilo?
¿Es el dinero una herramienta o una meta? Piensa en el dinero como un vehículo que te ayudará alcanzar eso que deseas. Ahorrar sólo para acumular dinero en el banco es desafiante, si no hay una motivación se siente como un sacrificio y es más fácil ceder ante la tentación. Cuando estableces metas será agradable ver como crecen los ahorros que las harán realidad.
¿Te comparas con otros? Creer que tu estilo de vida tiene que cumplir con un estándar social es un error común, más en esta era digital dónde estamos
permanentemente bombardeados por mensajes en la televisión y las redes sociales. Terminamos comparándonos con amigos, familiares e incluso celebridades. Caer en comparaciones te roba energía y foco de tus metas, es decir, de las cosas que son realmente importantes para ti.
¿Eres agradecido? Cuando hablamos de dinero, parece más fácil ver las carencias que lo que has alcanzado. Una práctica enriquecedora es llevar un “diario de gratitud” y tomar un tiempo cada día para agradecer por lo que tienes. Así, cada vez que te sientas abrumado sobre tus finanzas, puedes revisar tu diario para mejorar tu estado de ánimo.
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