Hablar de la universidad de nuestros pequeños puede ser un tema abrumador: ¿Qué va a estudiar? ¿En cuál universidad? ¿Cerca o lejos de casa? ¿Y qué pasa si no quiere estudiar? Al responder estas preguntas las emociones se mezclan con la racionalidad: queremos brindarles las mejores oportunidades a nuestros hijos, esas que no tuvimos nosotros, pero a la vez queremos que valoren nuestro esfuerzo, pero que tampoco pasen trabajo y que sean hombres y mujeres de bien… Sí, es complicado.
Vamos ayudarte a organizar este tema, para que aproveches al máximo tus recursos y evites cometer los errores más comunes.
Infórmate: Investigar la oferta académica por universidad, ya que no necesariamente la institución más costosa o de mayor renombre es la mejor rankeada en determinadas carreras. También es clave revisar todos los programas de becas y ayudas que pueden costear parcial o totalmente los gastos, estos abarcan desde el clásico desempeño extraordinario en disciplinas deportivas y culturales, rendimiento académico, beneficios exclusivos para residentes de estado o estudiantes internacionales.
Aprovecha el activo más importante: El tiempo. Empieza desde ya ahorrando un monto mensual o anual. Mientras más temprano empieces, más oportunidades serás capaz de reconocer y mejor preparado estarás para cuando llegue ese gran momento.
Utiliza una herramienta especializada para el ahorro. Existen múltiples opciones en el mercado, pero debes asegurarte de seleccionar una específica para este fin. Es necesario que cumpla con características mínimas: garantizar el ahorro, debe ser flexible y por supuesto debe hacerse en moneda dura para proteger el ahorro contra la devaluación y la inflación.
“Si piensa que la educación de sus hijos es cara, espere conocer el precio de la ignorancia”
Robert Kiyosaky
Conoce más en:
Imágenes: Freepik.es
