Dayana Medina
Me parece injusto decir que el vino del Nuevo Mundo es el mejor, ya que ellos están en evolución. Si es cierto, soy pro Viejo Mundo. Admiro el pasado de España, Italia y Francia, sus esfuerzos por dar vinos más frutosos con cuerpo y elegancia, la capacidad de todas esas maravillosas uvas autóctonas que se dan internacionalmente y las que simplemente no han pasado la frontera, pero se dan tan especiales en países como Grecia, Líbano, Turquía, Austria y Alemania.
Creo en el pasado, en las reglas estrictas de esos vinos de apelaciones exclusivas y tradicionales. Me gusta diferenciar los terroirs y comparar, qué diferencia el Viejo Mundo del Nuevo Mundo. Sin embargo, también es interesante probar la mezcla de lo tradicional con lo moderno. Si fueran iguales sería aburrido, por eso estoy en contra de la globalización.
Cada vino debe tener autenticidad y personalidad
Los vinos no pueden parecerse, son como las personas, deben tener autonomía y personalidad. Y eso lo tiene mejor definido el Viejo Mundo.
No obstante, me gustan también los vinos del Nuevo Mundo porque creo que van en ascenso, consiguiendo su propia identidad. Los australianos han sido inteligentes, tomando lo mejor de los dos mundos y plasmándolo en sus vinos. Sudáfrica tiene personalidad propia con su uva Pinotage y sus suelos ricos en mineralidad dando vinos cargados de empireumáticos. Estados Unidos es perfecto y su vino huele a su gente. Argentina logra reflejar la tristeza de Evita Perón, la sensualidad de Gardel con su tango y la protesta con el rock de Soda Stereo. Están haciendo grandes vinos con valles y microclimas propios.
Venezuela no se queda atrás, baila golpe tocuyano con sus burbujas con olor a parchita y a venezolana bonita. Su vino con Petit Verdot es su tesoro más preciado que representa la elegancia de una uva, expresada en lo simpático de esa tierra caroreña.
¿Qué prefieres Viejo o Nuevo?Yo quiero autenticidad y personalidad de cada vino que me tomo, quiero que me sepa a su gente, que tenga sus olores, sus recuerdos y que baile bien con la comida. Eso lo decides tú, pero no digas que uno es el mejor vino de la tierra por sobre el otro. Pruébalos todos y luego saca tus conclusiones. Sabes lo divertido de ser infiel al vino, cada botella un momento, juzgándolos correctamente. Pero recuerda, el Nuevo Mundo aprendió del Viejo Mundo.
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