El misterioso mundo del vino según Pasteur
Algunos vinos son aptos para beber apenas elaborados. Otros mejoran enormemente al ser conservados a veces hasta 50 años o mucho más, en algunos casos especiales

ESTAMPAS

07/02/2021 05:00 am



Dayana Medina (*)


Como norma general, estos “vinos de guarda” son los mejores. Pero, ¿por qué? Y ¿por qué existen tales vinculaciones místicas en una vieja botella de vino?

La mayoría de los vinos blancos, los rosados y los tintos de maceración carbónica son mejores cuando son jóvenes, ya que conservan todos sus caracteres primarios que es lo que se busca. El placer y la calidad que ofrecen es una cuestión de juventud y frescor. Son sensaciones próximas a la fruta fresca y directa en cuanto a aromas y sabores.

Sin embargo, los grandes vinos blancos y la mayoría de los mejores tintos son criados para que alcancen la plenitud de su propio carácter o personalidad, extraído, tanto como sea posible de un suelo determinado y concreto. Como explica el profesor H. Johnson, estos vinos, en su juventud, poseen un complejo indeterminado de composiciones o sustancias: ácidos y azúcares, minerales y pigmentos, esteres, aldehídos y taninos.


La enología es una ciencia gracias a la cual se puede elaborar y conservar perfectamente los vinos

Los buenos vinos poseen mayor cantidad de estos que los vinos normales, y los grandes vinos aventajan a los buenos vinos en este mismo sentido. Esto explica, que al final de su crianza, posean más sabor y aromas más complejos.
Pero se requiere tiempo para que tales elementos se complementen así mismos en un todo armonioso, y para que se forme el aroma distintivo de la experiencia del vino, el llamado bouquet o aroma terciario.

El papel del oxígeno no fue descubierto hasta 1863, cuando Napoleón III pidió a Louis Pasteur (padre de la Enología en ese momento), que averiguase por qué tan gran cantidad de vino se deterioraba en su camino hacia el consumidor, con grave perjuicio para el comercio francés.

Pasteur descubrió:
1.- Que un contacto excesivo con el aire permite el desarrollo de la bacteria del vinagre (acetobacter).

2.- Que son muy pequeñas las cantidades de oxígeno que producen la maduración de los vinos, que la acción del oxígeno no es “brusca” sino gradual, y que en una botella de vino hay disuelta suficiente cantidad de oxígeno como para desencadenar un proceso de envejecimiento que dure años.

3.- Demostró también, al guardar vino herméticamente en tubos de ensayo alternativamente llenos y semillenos, que el oxígeno en el aire del tubo semilleno causaba en pocas semanas el mismo sedimento que se encuentra en las botellas muy viejas, que desteñía al vino tinto y que oscurecía al vino blanco, afectando a su color exactamente como lo hace una edad muy avanzada.

4.-El vino cuidadosamente aislado del aire tiene oportunidades para absorber oxígeno, por ejemplo, cuando es trasegado de una barrica a otra.


Cada vino y cada vendimia tienen su propia escala de tiempo

Cada vino y cada vendimia tienen su propia escala de tiempo. Cuanto más maduras las uvas, más vigor y sustancias aromáticas y colorantes habrá en el vino. El vino de los buenos años, con un gran contenido de “fruta”, se beneficia de su crianza mucho más que el vino de cosechas medianas.

Estas investigaciones aplicadas al vino, estos primeros descubrimientos y deducciones, ampliamente conocidos y remediados o dirigidos hoy día, constituyeron el punto de partida de la enología como ciencia del vino, de la investigación sobre el vino, en donde tanto camino quedaba por recorrer en ese momento.

Actualmente, la enología es una ciencia gracias a la cual se puede elaborar y conservar perfectamente los vinos para poder disfrutar de ellos, pero hoy en día el matiz de arte acompaña sin duda a esta ciencia de la mano, creando así un vino casi perfecto.

Para elaborar un buen vino se necesita, aparte de unos conocimientos especializados, arte, magia, tener un toque especial para poder hacer que ese vino sea único e inolvidable. Es algo que no se puede medir como la ciencia, pero que es una realidad y gracias a ello existen las diferencias entre un vino corriente y un gran vino, esa chispa propia del autor.

El mundo del vino está rodeado del diseño gráfico, cada vez se elaboran etiquetas con diseños más punteros y sofisticados embalajes con los que adornar un gran producto y con los que poder entrar al consumidor ya desde el preciso momento que ve la botella.

En definitiva la enología tiene su mitad de ciencia y su mitad de arte y que si sólo fuese ciencia, todos los vinos serían iguales y la cultura del vino sería algo totalmente cuadriculado.


Se requiere tiempo para que se forme el aroma distintivo de la experiencia del vino, el llamado bouquet

(*) Dayana Medina es directora de la Academia de Sommeliers Vzla. Y vicepresidente de la Asociación Venezolana de Sommeliers.
Sommeliere 1995 / Jurado Internacional de Vinos Concursos Mejor Sommelier del Mundo: Canadá 2000, Grecia 2004, Chile 2010 y Trofeo Ruinart de la Americas Reims 2004 / Fundadora de Amavi Venezuela / NMRK.

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