Una jalea de guayaba muy particular
Al ser una fruta muy variada se puede consumir cruda, en jugos o preparada en postres y mermeladas

REDACCION ESTAMPAS

30/08/2020 05:00 am



Especial para Estampas


La guayaba es una popular fruta salvaje originaria de Centroamérica, crece del árbol del guayabo y algunos de sus principales productores son Brasil, Colombia, Cuba, México, Estados Unidos, Filipinas, Venezuela, Costa Rica, India, Sudáfrica y Puerto Rico, entre otros.

Se caracteriza por tener un sabor entre pera, fresa y membrillo. Hay muchos tipos de guayaba, pero todas son jugosas y tiernas por dentro, unas un poco más ácidas que otras. Su olor también es muy característico al alcanzar su punto óptimo de madurez pues es muy fuerte y agradable.

A través de los años ha sido una de las frutas más utilizadas para la medicina naturista debido a sus muchas propiedades. Gracias a su alto contenido de vitamina A cuenta con gran cantidad de antioxidantes. La guayaba controla los niveles de colesterol y reduce la presión arterial. Es muy útil para los deportistas por tener altos niveles de potasio y vitamina C que fortalece el sistema inmunológico. Además es rica en ácido fólico y fibra y tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas.

En Venezuela la guayaba es muy popular y se consume como fruta entera o en jugos, batidos y merengadas. También se preparan mermeladas, jaleas o bocadillos y los muy criollos cascos de guayaba en almíbar.

Jalea de guayaba 

Ingredientes
½ kilo de guayaba
1 plátano grande bien maduro
½ vaso de agua
½ kilo de azúcar
3 cucharadas de gelatina blanca sin sabor

Preparación 

Se pican las guayabas con su corteza y se licúan en medio vaso de agua. Esta mezcla se pasa tres veces por un colador de alambre para eliminar las semillas y cualquier otra impureza. Se devuelve a la licuadora y se le agrega el plátano crudo bien picado. 

Llevar esta mezcla a un caldero a fuego medio, se le incorpora el azúcar y se remueve constantemente para espesarlo. Agregar las 3 cucharadas de gelatina blanca previamente diluida en un poquito de agua y se continúa removiendo hasta que al moverlo con la paleta se deje ver el fondo del caldero.

Aún caliente se vierte en un envase de vidrio y se deja reposar un rato. Luego se lleva a la nevera para que al día siguiente se pueda cortar en trocitos del tamaño preferido. 

Nota: Mientras se remueve esta mezcla hace burbujas como un volcán, así que ¡cuidado con las salpicaduras!