Por amor a tu cuerpo
Somos un grupo cada vez más numeroso de profesionales que trabajamos para desmontar el estigma, promover la salud en todas las tallas y acompañar a otros a rescatar su soberanía corporal

MARIÁNGEL PAOLINI

10/02/2020 08:00 am



Uno de los aprendizajes más valiosos que he cosechado durante mis años de trabajo es que para amar a otros (incluidos los hijos) es necesario amarse a sí mismo… y no precisamente en ese sentido “romántico” de enamoramiento que por estas fechas se magnifica y se celebra con bombos y platillos. Es ese amor auténtico que nos permite disfrutar de lo que vemos en el espejo cada día, con su luz y con su oscuridad.

Hace poco me encontré en la paradoja del privilegio: descubrí que en temas de talla y contextura corporal vivo el privilegio de la delgadez y eso, por un par de días, me mantuvo cautiva en una profunda tristeza, especialmente después de conversarlo con una amiga muy cercana a quien he visto sufrir por su peso toda la vida. Su expresión “tú siempre has sido flaca” me llegó muy hondo y comprendí la magnitud de una pena que, a pesar de sus estudios y en la edad adulta, todavía la hace presa del sufrimiento y a mí me mantiene como una observadora que “no tiene cómo” saber lo que se siente.

Lo cierto de este hallazgo, es que pude reconocer de una manera más consciente cómo el estándar estético y la “gordofobia” que imperan en nuestra sociedad, perpetúan el sufrimiento de muchas mujeres y hombres que no se sienten a gusto en su propia piel y hacen todo lo posible, incluso atentando contra su propia integridad, sometiéndose a tratamientos que los mutilan de por vida, con el único objetivo de ser “suficientes” y encajar en la “plantilla" impuesta, incluso de una generación a otra, con la creencia que solo se es amado y feliz si se es delgado.

El estigma asociado con el peso es tanto una injusticia social como un problema de salud pública que amenaza la salud física y psicológica de la víctima.

Ahora soy parte de un grupo cada vez más numeroso de profesionales que trabajamos para desmontar el estigma, promover la salud en todas las tallas y acompañar a otros a rescatar su soberanía corporal a través de un proceso compasivo y respetuoso que promueve el rescate por el amor propio y la confianza corporal.

Muchas veces se siente como nadar contra la corriente, la violencia corporal está tan arraigada en nuestras mentes, nuestras palabras y en nuestra cotidianidad que cuesta darse cuenta; y al no poder reconocerla es complejo hacer algo para cambiarla. Algunos lo consideran absurdo y sin base, especialmente colegas y otros especialistas de la salud y es que ya en nuestra formación se nos indoctrina con el paradigma centrado en el peso y a establecer una relación causal entre el peso y las enfermedades. Pero lo cierto es que hay cada vez más evidencias que desmontan esta creencia y allí está parte del trabajo de sanar la relación con los cuerpos.

Así como existimos personas pequeñas (estoy bastante por debajo de la media) también existen personas grandes y no por eso estamos enfermas. Algunas personas tienen genética de cuerpos delgados y otros de cuerpos más grandes y eso no significa que las primeras estén más saludables que las segundas.
El estigma asociado con el peso, también conocido como sesgo relacionado con el peso o discriminación por el peso, es la discriminación o estereotipo basado en el tamaño de una persona. El estigma asociado con el peso también se manifiesta como gordofobia: desagrado o miedo de ser o volverse gordo.

Si estás transitando por un proceso para perder peso, te invito a revisar los patrones que incidieron en esa decisión. Si necesitas ayuda para salir de la “plantilla” y cultivar el amor por tu cuerpo, estoy a la vuelta de un clic.