Tradicionalmente franceses, delicados y muy bonitos así son los macarrones, un postre galo en forma circular que tomó al mundo por sorpresa luego de que el chef pastelero, Pierre Herme, los popularizara cuando estuvo al mando de la famosísima pastelería Laduree. 

Venezuela no es la excepción y esta galletita a base de almendras ha logrado seducir paladares criollos, tanto que es una fija en las mesas de postres de celebraciones y diversos pasteleros y casas de dulces se han especializado en ellos. 

María Fernanda Avendaño, chef de Vainilla, ha sido una de las pioneras en el país en dar a conocer el macarrón. “Es un postre francés a base de almendras y libre de gluten. Y lo que lo hace tan increíble, además de la galleta, es que se puede cambiar el sabor del macarrón con el relleno. Es muy versátil”, indica. 

Esta galleta se hace con tres ingredientes: almendras, claras de huevo y azúcar pulverizada. 

María Fernanda Avendaño asegura que no es muy complicado hacerlos, pero que sí se debe tener mucho cuidado con los pesos. “Todo tiene que ser pesado, nada se puede quedar al ojo. Primero se hace un merengue, bien sea francés, italiano o suizo. En Vainilla los hacemos con merengue italiano, la textura que les da es increíble y se siente la diferencia si se hace con otro merengue”. 

Luego se debe hacer una harina de almendras, la cual se mezcla con el azúcar pulverizada. Se deja a un lado y se hace un almíbar, que se le agrega al merengue. “Cuando esté listo se va agregando a la mezcla de harina de almendras, azúcar pulverizada y claras que es una mezcla pastosa. Se va mezclando y va a llegar un punto (y es donde a la mayoría de las personas le cuesta), en que se debe dejar de mezclar. Si se mezcla mucho, la mezcla queda líquida y no es bueno, si se mezcla poco van a quedar piquitos y tampoco es bueno”, dice Avendaño.