Nuevos hallazgos alrededor de la dieta Paleo

MARIÁNGEL PAOLINI

18/08/2019 01:00 pm



La dieta paleolítica, mejor conocida como “Paleo”, es un patrón dietético basado en la hipótesis de que el genoma humano no se ha adaptado para consumir productos agrícolas, y por lo tanto se basa en el consumo de carne, pescado, huevos, nueces, frutas y vegetales; sin alimentos procesados, granos ni derivados lácteos.


Es promovida en todo el mundo para mejorar la salud intestinal. Sin embargo, excluye granos, cereales y productos lácteos, grupos alimenticios que forman parte de las directrices dietéticas internacionales basadas en la evidencia, por lo que para algunos esta dieta genera controversia.

Si bien la ingesta total de fibra dietética se puede mantener en una dieta paleolítica a través del consumo de frutas y vegetales, la exclusión de cereales y leguminosas altera el perfil de fibra consumido y, en particular, da como resultado reducciones de la ingesta de almidón resistente (AR). 

El almidón resistente, mejora constantemente los marcadores de salud intestinal, como el aumento de los niveles de ácidos grasos de cadena corta.

La eliminación de las fuentes de proteínas vegetales a partir de granos y legumbres significa que la dieta Paleo es rica en proteínas de origen animal, lo que puede aumentar las concentraciones trimetilamina-N-óxido (TMAO) en sangre. El aumento de TMAO se ha asociado con enfermedades cardiovasculares en humanos y animales.

Un estudio publicado en 2017 encontró que la TMAO aumentó en 62% el riesgo de una persona a sufrir una enfermedad cardiovascular y los niveles elevados de TMAO así como la concentración de las bacterias que lo causan (Hungatella) llevaron a los investigadores a creer que esta dieta podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. 

Muchos defensores de la dieta Paleo afirman que es beneficiosa para la salud intestinal, pero esta investigación sugiere que cuando se trata de la producción de TMAO en el intestino, podría estar teniendo un impacto adverso. Asimismo encontraron que las poblaciones de especies bacterianas beneficiosas eran más bajas en los grupos Paleo, asociadas con la ingesta reducida de carbohidratos, lo que puede tener consecuencias para otras enfermedades crónicas a largo plazo.

Pero hay más. El mismo equipo continúa realizando estudios comparando las microbiotas de poblaciones sometidas a dietas Paleo a mediano y largo plazo y sus hallazgos están cambiando de manera significativa los beneficios asociados con esta dieta. Muchos se han preocupado por la cantidad de carnes que se ingiere, pero el grupo de la Dra. Angela Genoni hace hincapié en lo que están dejando de comer como clave para un potencial riesgo a largo plazo: granos y cereales integrales, cuyo ingrediente común es el AR y muchas otras fibras fermentables que son vitales para la salud de su microbioma intestinal. 

Con la creciente popularidad de las dietas que enfatizan la reducción de carbohidratos, incluso los saludables como los cereales integrales y los granos, estas nuevas investigaciones apuntan a la necesidad de ajustar los planes de alimentación como el Paleo (y también la Keto diet).

El hecho de que dietas como la Paleo restrinjan los cereales integrales es la mayor preocupación con respecto al consumo inadecuado de fibra. Los cereales integrales son particularmente ricos en fibra insoluble que, a diferencia de la fibra soluble, proviene principalmente de los vegetales y las frutas y ayuda a agregar volumen a las heces, lo que regula de manera significativa el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento y sus consecuencias.