Por años se ha intentado descubrir qué hace a la gente querer comer más, en especial en personas con severos casos de obesidad. Diversas teorías han rondado acerca del hecho que la calidad de los alimentos ingeridos tienen un efecto determinante en el impulso de comer, sin embargo, esta teoría no había sido confirmada, hasta ahora.
Un trabajo recientemente publicado en el Journal of Cell Metabolism del equipo liderado por el Dr. Kevin Hall del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, concluyó que las personas consumían unas 500 calorías más, cuando eran expuestos a una dieta compuesta por productos ultraprocesados en comparación con aquellos que fueron expuestos a una dieta compuesta por alimentos no procesados.
Adicional a lo anterior, las personas ganaron peso con la dieta ultraprocesada, mientras que perdieron peso con la dieta sin procesados, aun cuando ambos planes de alimentación fueron diseñados con equivalentes proporciones de macronutrientes, azúcar, grasa y fibra.
En general, los estudios sobre nutrición se centran en el contenido de nutrientes de los alimentos, por lo que existía algo de escepticismo en el equipo de investigadores sobre si el procesamiento de los alimentos tendría alguna importancia aparte de su contenido de nutrientes.
Es por ello que decidieron que sería importante llevar a cabo el primer ensayo controlado en el que los sujetos fueron expuestos a dietas ultraprocesadas versus dietas no procesadas combinadas con una variedad de nutrientes para ver si los alimentos ultraprocesados tenían algún efecto sobre el deseo de comer y la ganancia de peso.
Para explicar los resultados, los investigadores y expertos en el área comentan que las dietas compuestas por productos ultraprocesados tienden a tener alimentos que son más densos en calorías y con menos contenido de agua, lo que hace que cada alimento sea menos saciante y satisfactorio.
Otro hallazgo observado durante el experimento fue que la gente comió los alimentos ultraprocesados más rápido, y esto sin dudas contribuyó a comer en exceso. Como lo he comentado en otros artículos, comer rápido, significa comer más: más comida, más calorías lo que se traduce en demasiada energía al final del día que no se logra consumir por lo que el cuerpo la almacena, generando el indeseado aumento de peso.
En el enfoque de alimentación consciente que vengo trabajando desde hace ya varios años, invito a las personas a masticar más lentamente cada bocado, de hecho, sugiero ir un bocado a la vez (no sólo en la comida, también en otros aspectos de su vida) y eso fisiológicamente hablando, permite que el mensaje de saciedad llegue al cerebro oportunamente y “apague” el deseo de seguir comiendo.
Si deseas disminuir la ingesta de alimentos procesados, intenta hacer más preparaciones en casa. Incorpora más alimentos en su forma integral, incluye vegetales y granos y granos. Comer alimentos procesados de vez en cuando no es un problema en sí mismo, el asunto se agrava cuando se hace costumbre por la facilidad, por el costo y por el desinterés en ocuparse en un asunto de vital importancia como lo es la alimentación.
