Cuídate papá

MARIÁNGEL PAOLINI

16/06/2019 12:00 am



Los más recientes datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que alrededor de 52% de las muertes por Enfermedades Crónicas no Transmisibles en todo el mundo se producen en hombres y en general, la esperanza de vida de los hombres es menor en todo el mundo. Este fenómeno ha sido recientemente evaluado por las autoridades sanitarias a nivel global, concluyendo que una de las principales causas de estas estadísticas, es "la rígida norma de género" que hace que los hombres sean vulnerables a la mala salud.


Históricamente, se ha reforzado la creencia que por ser hombres, deben resistir todo lo posible el dolor, las molestias e incluso, que deben evitar expresar sus emociones. Un reciente editorial de la Revista The Lancet afirma: “Las expectativas de machismo conducen a una mayor toma de riesgos”, y esto incluye, postergar la atención médica aún ante los signos más característicos de determinadas enfermedades. Las "normas de masculinidad” que esperan la invencibilidad, limitan la búsqueda de ayuda y atención médica por parte de los hombres en etapas tempranas y tratables de enfermedades como el cáncer, por lo que la expectativa de vida después del tratamiento es remota, lo que conduce a una muerte prematura.

Desde hace un par de años se habla con más frecuencia y menos tabú, de una transformación de la masculinidad, de un nuevo estilo de paternidad y de crianza en el que los varones se involucran mucho más en todos los aspectos que tienen que ver con el acompañamiento en la labor de la crianza y en general, en las responsabilidades del hogar, acciones que “tradicionalmente” han recaído sobre las mujeres, pero que incluso en mi propia experiencia en casa, ha quedado atrás por múltiples razones.

Los padres más jóvenes, intentan ahora recrear la paradoja de replantear el modelo tradicional de la paternidad, y dar paso a una sustentada en un ejercicio racional de la autoridad que genere relaciones familiares más placenteras y libres del peso de normas anticuadas que más provocan el distanciamiento entre los miembros del círculo familiar en vez de una proximidad basada en el afecto y el respeto.

Si son los padres, como adultos más influenciadores de los chicos, el modelo a seguir… entonces bien vale la pena iniciar el tránsito por un estilo de vida donde predomine el autocuidado y la atención oportuna de los aspectos físicos y emocionales.

Hace poco un papá me ha escrito por correo, indicándome que quería cambiar su estilo de alimentación, pero que reconocía que no sabía por dónde comenzar. Le agradecí mucho su honestidad y ese gran paso que dio al solicitar acompañamiento, pues es allí donde comienza una nueva historia no solo para él, sino para toda su familia. 

Ante un diagnóstico de alguna enfermedad (sea crónica o no) muchos de nuestros varones se paralizan y tradicionalmente evaden el tema… sin embargo, puedo afirmar que son cada vez más los amigos cercanos que atienden corresponsabilidad su salud, lo que comen, la frecuencia de sus actividades físicas e incluso su salud mental, y son capaces de reconocer cuando no están bien, demostrar su vulnerabilidad y ese lado “más humano” que por años estuvo resguardado por los códigos heredados de otros tiempo. 

A ti que celebras la paternidad, que disfrutas el acompañar vívidamente el crecimiento de tus hijos, te digo: ¡Cuídate papá!