El alma del restaurante
Conoce a tres personajes que representan el espíritu de la sala donde trabajan

LIGIA VELASQUEZ GASPARD

08/07/2018 12:00 am



Pablo Luna: del Táchira para Caracas 
Capitán de sala y sommelier de Il Grillo 

Cuando se trata de buen servicio, los andinos llevan la batuta y ese es el caso del canoso pero contemporáneo Pablo Luna, quien proviene del Táchira.

Hace 20 años llegó a Caracas con su compadre para un concierto de Caramelos de Cianuro. Cuando se les acabó el dinero para pagar el hotel, unos amigos les dijeron que se buscaban mesoneros para trabajar en Le Petit Suisse de Las Mercedes. Se presentaron, trabajaron y se quedaron en la capital.

¿Por qué Pablo es el alma de esta sala?

Fácil. La sala es suya. Conoce cada departamento, cómo funciona, qué necesita, qué le falta. Confía en cada integrante del equipo y sobre todo, ama lo que hace. 

Reconoce con humildad: “La experiencia debe funcionar desde el valet parking, pasando por el aseo, el baño hasta llegar a cocina. Todas las mañanas antes de empezar el trabajo, pasamos por todas las estaciones para saber qué ofrecer en la carta. Te tiene que gustar este tipo de negocio para poder seguir, estar pendiente de todos los departamentos y dar lo mejor de ti. Solo así volverán”.

Además, Luna insiste en que la formación es muy importante: recibir inducciones al mundo del vino, clases de etiqueta y protocolo te hacen crecer y ser mejor profesional. 

Coordenadas: 
• CC Las Cúpulas, urbanización Los Palos Grandes. Municipio Chacao, Caracas. 


“Tonino” – Cayetano Tancredi: las notas musicales de la sala 
Mesonero en Da Guido 

Penso che un sogno cosi` non ritorni mai piu`, 
mi dipingevo le mani e la faccia di blu. 
Poi d'improvviso venivo dal vento rapito, 
e incominciavo a volare nel cielo infinito. 

Volare, oh oh, 
cantare, oh oh oh oh.  

Domingo, dos de la tarde. “Señor dígame una cosa, ¿usted conoce a un mesonero que es famoso aquí por cantar?” Con cara risueña contestó: “Déjeme preguntarle a uno de mis compañeros. Se giró y le dijo a uno de ellos: “Oye, aquí preguntan que si aquí trabaja un señor que canta”. Su compañero soltó la carcajada y todo estaba claro, yo hablaba con el mismísimo Tonino. Beso mi mano y empezó a cantar. 

De la provincia de Salerno al sur de Italia, llegó a Venezuela un 19 de abril de 1960. Tiene 53 años en el oficio de mesonero con un toque diferenciador: canta canciones románticas en italiano.

Tonino aclara: “Siempre los clientes habitué me piden que cante y en general la que más me gusta es esa que le canté, Volare”. 

Coordenadas: 
• Av. Francisco Solano. Caracas. 
• De lunes a domingo 


Vito Carlucci: el amante de Venezuela 
Dolve Vita de antes, Dolce Vita de ahora

Quizás Cayetano Tancredi iba en el mismo barco en el que llegó Vito Carlucci en 1960, quien provenía de Ruvo del Monte en Potenza, cerca de Nápoles.

Vito es un personaje que no tiene tamaño para tanta personalidad concentrada en ese cuerpo: “Vine pequeño y me quedé pequeño. Llegué en barco a los 17 años. Mi papá me vino a buscar a La Guaira y me llevó para Coro donde trabajé en el hotel Miranda como bell boy”.

Llegué a Caracas porque muchos europeos me preguntaron que qué hacía en Coro y me dijeron que me fuera para la capital y que “pipin, papan”. Me vine solo sin conocer a nadie. 

Trabajó en un hotel, luego en un ristorante francese, luego en Franco entre el año 71, 72. Me convertí en el mesonero estrella y también en el sommelier. Luego entré como socio en la Dolce Vita donde estuve 22 años y tenía el 10% de las acciones que nunca me pagaron. 

Comparte: “Un día pasé y vi que había vuelto Dolce Vita y como yo no sé vender ceviche, lo mío es vender pasta, pregunté que quién era el dueño. Fui a casa, agarré mi carpeta con fotos en ese espacio, busqué mi 10% que nunca me pagaron y regresé al restaurante diciendo Buongiorno, quién es el dueño, debo hablar con él”. Vito regresaba por la puerta grande y empezaba al día siguiente como el Capitán de mesoneros de este espacio.

¿Qué hace un Capitán de mesoneros para que lo respeten?  

Tiene que querer a la gente y tener amor al arte. No lo hagas por los reales porque eso viene solo. La plata está hecha. Quiere a tus clientes, que se sientan cómodos. ¿Sabías que Sofía Loren come pizza con la mano? pues yo te lo digo. Ustedes tienen que querer a este país para que vayamos para arriba, este es el país piu bello del mondo. Nadie me ha regalado nada. Todo me lo he ganado con trabajo. Io de aquí no me voy”.

Coordenadas para reencontrarte con Vito:
• Edificio Torbes, Av. San Juan Bosco, Caracas 1060, Distrito Capital 
• De martes a domingo de 12:00 a 11:00 pm menos los domingos que cierra a las 7:00 pm