Adentrarse en tierras portugueseñas tiene muchas sorpresas

Diario El Universal

28/12/2021 10:00 pm



Merifel Sanchez Malavé

Cuando trabajas en el campo, cada jornada es una posible aventura.

Uno de mis destinos favoritos para ir a trabajar es, sin duda, el llano. Adentrarse en las tierras portugueseñas tiene tantas sorpresas como posibilidades de aprendizaje. Cuando viajas de Guanare hacia La Hoyada, aquel paisaje amplio parece que fuera realmente infinito, la variedad de aves que se cruzan en el camino me hace darme cuenta de que sí podemos coexistir sin causarnos molestias, y que la adaptación es la clave para el equilibrio.

En tiempo de lluvia, hay que estar alerta a las babas y caimanes que se pueden ver a la orilla de la carretera. Portuguesa es un lugar donde el agua abunda y hay que convivir con eso, aunque en verano la polvareda es tanta que tienes que conocer bien la vía cuando queda atrás el asfalto.

Al llegar a los corrales de trabajo con el ganado y los caballos el ritmo aumenta, los llaneros tienen tanta energía en la garganta que los animales siempre están atentos a recibir instrucciones. Y los visitantes también. El liderazgo de quien convive diariamente con el rebaño es fácil de reconocer, tiene tanto dominio de su medio que no es necesario preguntar quién está a cargo de esa tarea.

Ver el rebaño de yeguas con crías satisface tanto que te contagias de la alegría permanente de los potrillos juguetones, que se comportan como en el eterno recreo de un kinder. Los potros más grandes permanecen separados de éstos, porque ya tienen otros intereses y las cosas se pueden salir de control. Al padrillo lo traen guiado por su cuidador y al llegar se anuncia con fuerza, todos lo notamos.

Con el paso de las horas, el calor casi te sorprende, afortunadamente la vegetación es tan generosa que siempre hay refugio cercano disponible. El almuerzo es abundante y culmina con un buen café.

Además de las tareas especiales que se cumplen con la visita de quienes somos prestadores de servicio, hay otras labores diarias que no se pueden suspender y el tiempo tiene que alcanzar para todo.