Historias de la violencia venezolana: El Feminicidio de Liana Hergueta
Un cuento sobre como un estafador, asesino y descuartizador terminó convertido en el testigo estrella del Estado

CARLOS D' HOY

20/10/2021 03:11 pm



La mañana del 7 de agosto de 2015, los reporteros que cubren la fuente de sucesos en Caracas recibieron la información sobre la localización de un cuerpo en la calle Los Manolos a escasos metros de la sede del Colegio Nacional de Periodistas.

El área se encontraba acordonada alrededor de un vehículo Mazda 3, placa AF562YV, color azul que se encontraba aparcado cerca de un contenedor de basura a un lado de un hotel.

En el asiento trasero del carro los efectivos encontraron varias bolsas que contenían la cabeza manos y pies de una mujer y en el portaequipajes dentro de una maleta color azul estaban las partes faltantes.

A las pocas horas se identificaron los restos, se trataba de Liana Aixa Hergueta González de 53 años, vecina de San Antonio de los Altos.

El crimen ocurrió el 6 de agosto, cuando Hergueta fue al edificio Isnotú, ubicado en el centro de Caracas, a cobrar a un conocido 1,3 millones de bolívares de los fuertes producto de la venta de cinco mil dólares.

Se trataba de una vieja deuda que no lograba cobrar por lo que Liana había denunciado a través de las redes sociales a Carlos Eduardo Trejo Mosquera por la estafa y cuando la citó al edificio pensó que por fin le pagarían.

Al legar al edificio Liana fue recibida José Rafael Pérez Venta, amigo de Trejo, quien le dijo que subiera al apartamento donde la esperaban para pagarle, allí además estaba un sujeto llamado Samuel José Angulo Sánchez.

Cuando llegaron al apartamento Liana fue atacada con una descarga eléctrica, luego la dominaron y abusaron sexualmente de ella finalmente la asfixiaron con tirros en la boca y nariz y desmembraron el cuerpo, luego ya avanzada la noche trasladaron los restos en el carro de la víctima hasta la avenida Andrés Bello donde los abandonaron.

Videos de seguridad permitieron identificar a los asesinos y tres días después fueron detenidos. Primero cayó José Rafael Pérez Venta en La Candelaria, luego capturaron en el estado Lara a Carlos Eduardo Trejo Mosquera y finalmente Samuel Angulo fue detenido en Caracas. El caso parecía resuelto.

Todo cambiaría el domingo 15 de agosto, cuando el ministro de Interior Justicia y Paz, Gustavo González López, dejó entrever que el caso “traía sorpresas”.

A partir de ese momento, el estafador, asesino y descuartizador se convirtió en un testigo estrella. Su “testimonio”, presentado en cadena presidencial, fue el eje de una ola de detenciones que involucraban a la víctima en una trama política que incluía el supuesto intento de secuestro de la hija del número dos del chavismo. El asesino se convertía en una estrella.

El crimen de Hergueta pasó a un segundo plano, el testimonio político del asesino fue más importante para el Estado que la víctima. Hergueta fue convertida en un chivo expiatorio por parte de un Estado que la implicó en una estratagema para cerrar el cerco mediático y judicial contra sus opositores.

El “testimonio estrella” dejó más de una decena de detenciones, mientras que el femicidio de Hergueta a seis años de su asesinato no ha tenido justicia y si, se trata de un feminicidio por la acción o la falta de acción del Estado, que además usó el asesinato de una mujer para cubrir objetivos políticos./ CDM