Jardines Orgánicos: atractivos y productivos
Práctico resulta tener en casa una ayuda cuando se nos despierta esa chispa de chef para lucirnos con un plato especial. Con estos consejos no nos faltará el perejil ni demás hierbas aromáticas indispensables en la cocina sin perder la estética del lugar

ESTAMPAS

02/07/2021 06:00 pm



Sjandra Rendón


Cuando comenzamos a cocinar, algunas veces se nos ocurre que tal vez podemos realzar el sabor de una preparación si le agregamos un poco de alguna hierba en específico, pero pasa que no la tenemos a la mano. Es bien práctico tener en la cocina, el balcón, la terraza o en el mismo patio un pequeño huerto o un jardín orgánico que nos alivie esas necesidades culinarias cuando nos inspiramos.
 
Cuando decimos la cocina, no se trata de desequilibrar la armonía del espacio con un sembradío sin sentido, sino más bien una maceta en la que se pueda mantener una pequeña albahaca, un cebollín o cualquier otra especie que nos acompañe en nuestras travesuras gastronómicas.
 

Con amor, dedicación y el abono orgánico será un éxito. Fotografía IStock
 
Paso 1: abono
Para iniciar un proyecto productivo para nuestro consumo y disfrute, a lo primero que debemos ponerle atención es a nuestro propio abono orgánico. El abono orgánico lo podemos ir formando con las cáscaras de huevo, la borra del café y los desperdicios vegetales como las conchas o la piel de las papas, las zanahorias, calabacín y demás restos. Estos materiales se irán descomponiendo a medida que pasan los días, mientras le vamos dando vueltas y agregando una porción pequeña de tierra para evitar la creación de hongos o contaminación. Hay quienes le agregan agua para humedecerlo un poco, pero eso queda a discreción. Del mismo modo se pueden agregar las hojas que eliminemos de las demás plantas de nuestro hogar siempre y cuando no estén enfermas. Al cabo de unos meses ya estará lista para su uso.
 
De todos modos, mientras esto se prepara, podemos comprar una pequeña bolsa de abono en la tienda más cercana para no perder más tiempo. Lo que sí es seguro es que cuando nuestra obra maestra o el oro negro –como es llamado por los jardineros- esté listo y nos dispongamos a utilizarlo, será un momento de mucho orgullo, porque sabemos que está hecho con pasión y mucho amor por nuestro huerto.

Selección de macetas
Cuando mencionamos la cocina, siempre tenemos un espacio en un mesón donde podemos colocar un pequeño matero, maceta o porrón para que alguna planta o hierba aromática adorne y dé vida al lugar. Podríamos estar hablando de una albahaca, esa amiga de olor penetrante, único y especial que le da un toque exquisito a las salsas o demás comidas con apenas unas cuantas hojas. Para ella podemos seleccionar un porrón al que le haremos unos cariños de limpieza, pintura o lazos que vayan con la decoración de la cocina. Ponerle un nombre también es válido, ¿por qué no? Cada día será nuestra compañera y nos hará felices cuando la necesitemos y esté allí luciendo el verde vivo de sus hojas y esas panojas espigadas con sus flores.


Podemos colocar pequeños materos en un solo espacio. IStock  

Ese matero podemos llenarlo con abono orgánico y colocar a nuestra huésped consentida para que sea la asistente en las comidas.
 
Si nos encontramos en una casa con un patio o jardín pequeño y podemos disponer de un mini espacio para crear un jardín ecológico, no perdamos tiempo y comencemos a preparar la tierra.
 
Orientación al sol
Al visualizar ese pequeño espacio debemos hacerlo pensando en un ángulo que dé al suroeste con la intención de garantizar una adecuada exposición al sol para nuestro objetivo. Esto porque, como sabemos, tanto las flores como las hortalizas requieren de, por lo mínimo, una media hora de sol para su sano crecimiento.

Decorativas y productivas
Si deseamos tener especies aromáticas que combinen armonía, estética y sean útiles para la cocina, podemos disponer de un espacio para el perejil, cilantro, la menta, el romero y el laurel. El perejil y el cilantro pueden ser sembrados en porrones o materos, mientras que para el romero y el laurel es recomendable disponer de macetas con dimensiones entre 30 y 35 centímetros de diámetro y considerar para ellas una ubicación genial para ser admiradas porque son plantas decorativas.


Bebida con ingredientes cosechados por nosotros. ¡Una delicia! Fotografía IStock

Es importante hacer la salvedad de que necesitamos tener la tierra preparada para vaciarla en los materos, porrones o macetas que se dispongan para este proyecto. Si bien se tiene espacio en el patio para un huerto más espacioso, entonces poder hacer movimientos para combinar el suelo.

No perder nunca la uniformidad
También es pertinente considerar al momento de comprar los porrones o macetas, hacerlo de manera uniforme para no interferir en la armonía de los espacios. Podemos adquirir los que sean de un mismo color y diferentes tamaños; pero tratando de mantener la uniformidad en alguno de los elementos.

Una separación justa en el jardín es necesaria para mantener el equilibrio y la vistosidad. Para ello debemos visualizar una línea divisoria o marcarla directamente en el suelo para dividir la zona para el huerto y para el jardín. Así estaríamos combinando las hortalizas y las hierbas aromáticas con plantas y flores generando un aspecto bastante atractivo.

Cuando hagamos las respectivas siembras de lo que deseamos en nuestro huerto, debemos considerar regar la tierra de forma abundante antes de proceder y también prever una distancia entre cada una de las plantas de unos 30 centímetros.
 

Será amor a primera vista cuando veamos el primer retoño. IStock
 
¿Y los balcones?
Vivimos en un apartamento y nuestro deseo es darle un toque decorativo natural al balcón o la terraza. Podemos perfectamente acondicionar los bordes de las barandas con nuestras queridas amigas aromáticas que de igual forma nos sirven para realzar el sabor de nuestro plato favorito o para tomarnos un té a media tarde. Aquí podemos mencionar, por citar algunos ejemplos, el orégano orejón, la salvia, la menta, la yerbabuena. Algunas de estas apreciadas plantas además de adornar, sirven para condimentar, para infusiones con fines digestivos, insuficiencias gástricas o descongestión de bronquios.
 
En cuanto a la menta, es importante saber que su tierra debe estar abonada y debe mantener una temperatura fresca; amerita un riego regular. Al podarle las hojas, se pueden poner a secar y luego guardarlas en frascos de vidrio herméticos para su uso posterior.
 
Si nos ponemos creativos entonces con el mini huerto que se convertirá en nuestro asistente en la cocina con los condimentos y las hierbas aromáticas, podemos incluir tomate, pimentón, ají dulce, cebollín. De ir un poco más allá, podemos ser ambiciosos y aventureros y sembrar lechuga y achicoria, pero para ellos sí necesitaríamos un espacio más amplio porque cada una necesita extenderse por sus hojas. Además, el terreno debe ser fértil y aireado y regarlo permanentemente.
 
No perdamos tiempo, podemos empezar con envases plásticos para recolectar los restos de la borra del café, las cáscaras de huevo y guardando las semillas de lo que vayamos utilizando al cocinar. El comienzo es maravilloso, el proceso es enriquecedor y los resultados serán satisfactorios.