Para la mujer y el vino el paso de los años es un aderezo
Según como la mujer asimile el cúmulo de tiempo en su vida, así se verá reflejado tanto en su fisonomía como en sus actitudes. Su personalidad en las nuevas etapas puede verse vapuleada por muchas vertientes; salir airosas es el reto

ESTAMPAS

14/05/2021 06:00 pm



Sjandra Rendón


Para muchas mujeres, su aproximación a los 50 puede convertirse en un proceso similar a una montaña rusa.
 
Un estudio que se planteó y presentó en los años 70 por Erikson y Levinson, describe algunas diferencias de la conciencia entre el hombre y la mujer al llegar a los 50 y 60. Ambos asimilan estas etapas de manera muy distinta, precisamente porque los hombres vinculan la edad cronológica con el aspecto ocupacional, familiar y los acontecimientos que marcan su vida, asumiendolo como experiencias vitales.

En cambio, explican los investigadores, que este modelo no ocurre en el caso de las mujeres, porque la temporalidad de sus numerosas ocupaciones y distintos roles en la edad madura no tienen vinculación con la edad cronológica. Una mujer puede combinar ser madre, estar casada y ejercer una profesión en distintos tiempos. A esto se suma su capacidad y/o necesidad de vincularse interpersonalmente a la intimidad, al cuidado de los demás y encima mantenerse lo más firme posible. 

La etapa de entrenamiento podría comenzar a los 40, organizando el tiempo y las nuevas actividades. Fotografía Karlyukav Freepik

Esto pasa muy distinto en el hombre; porque para ellos, la manera en que ocurren los acontecimientos vitales está mucho más clara; esto sin ánimo de menoscabo, sino todo lo contrario, establecer diferencias. 

No existe un único modelo de envejecimiento
Con el transcurso de los años se van generando cambios en la personalidad de los seres humanos y las mujeres han sido objeto de estudio para determinar su valoración y las atribuciones que les dan a estas nuevas etapas, de las que, desfavorablemente, la mayoría son negativas. Pero, ¿por qué ocurre de esta manera?

Al envejecimiento lo definen múltiples elementos encabezados por el biológico, el psicológico y el sociológico.

Las características de una mujer ideal están enfocadas normalmente en lo bonita, simpática, maternal, adorable, joven y atractiva, por ejemplo. Los cambios en su vida en el contexto familiar y ocupacional le generan transformaciones y le imprimen la capacidad de adaptación de un rol a otro que le hacen madurar de forma natural.

Sin embargo, el aspecto negativo entra en escena cuando al pasar los años son víctimas del efecto del nido vacío, atraviesan separaciones emocionales o la soledad invade cada lugar de su existencia.

Activarse es sentirse joven. Fotografía La voz del Sur 

Entrenamiento previo
Explica el investigador alemán Mathey F.J. que, en líneas generales, para que la mujer no llegue a un estancamiento y abandono involuntario a la edad madura, es necesario ejercer el entrenamiento a partir de la cuarta década. Es decir, evitar a toda costa la inactividad y la atrofia de destrezas, entrenando ciertas áreas y habilidades.

Al iniciar un entrenamiento en el paso por los 40 es mucha la ventaja que se obtiene para atravesar esa barrera de los 60 con actitud y moderación. Buscar intereses en algo que nos entusiasme a plenitud es una manera de comenzar.

Como el buen vino, con el paso de los años la mujer debe comprender lo que significa su estampa en el entorno, lo que logró con su entrega por tantos años, que el envejecimiento nada tiene que ver con la edad cronológica y que la idea de mantenerse activa es la clave para retardar los vestigios del tiempo.

Este tema de estar activas incluye mantener contacto social con el resto; bien sea personas de la misma edad o más jóvenes para evitar el cerco o la reducción de nuestro mundo.
 
No leer síntomas para no auto sabotearnos 
Uno de los consejos bastante prácticos antes de leer los portales que describen temas de envejecimiento, es precisamente no leer ni buscar en internet síntomas de pre menopausia, menopausia o envejecimiento. Esto podría sugestionarnos.
 
Para darle una caricia a la piel del rostro hay infinitos productos o cosméticos que pueden ayudarnos con las líneas de expresión. ¿Por qué no apoyarnos en ellos? Por ejemplo, algunas marcas tienen cremas para contorno de ojos anti-edad con aceite de lavanda ecológico y vitamina E, ideales para nutrir la piel, al igual que las cremas hidratantes. Garnier ofrece estas opciones.

Aloe Vera como aliado
Para prevenir o retrasar la aparición de manchas o pliegues, también es recomendable tener en cuenta la aplicación de tres activos ideales como renovadores celulares. Por ejemplo, los retinoles, las vitaminas C como acción antioxidante y el ácido hialurónico que hidrata y renueva. Atlantia es otro cosmético con base en el aloe vera que aporta estos beneficios de la manera más natural.

Protegernos del sol 
Sin darnos cuenta y aun estando en casa, los rayos solares o el resplandor pueden actuar en nuestra piel de manera desfavorable. Protegernos de los efectos nocivos debe ser una tarea fija y podemos contrarrestarlos con el uso de algún producto bloqueador. Es importante saber que, si estamos en casa dedicadas al teletrabajo, la luz azul de las pantallas intervienen en la producción de melanina y esto genera manchas. Entonces, es necesario atacar ambas cosas con un protector de amplio espectro.
 
Sérums para hidratar
Con la suma de los años, la piel se vuelve más fina y mucho más sensible. Aquí es donde podemos darle paso al sérum y aplicarnos antes de la crema convencional antiedad. En cuanto a la flacidez, los especialistas también recomiendan colocarnos sérum de ácido hialurónico por la mañana; esto hidrata y redensifica la piel.

Dijo en su momento la psicóloga Betty Friedan refiriéndose a esta nueva etapa; Este es el momento para avanzar hacia el futuro desconocido, en lugar de sentirme absorbida por el pasado. Nunca nos sentiremos tan libres.
 
Compartir con amigas es una tarea de la lista que debemos hacer. Fotografía Freepik

Que no sean las arrugas del contorno de los ojos o de los labios lo que nos desinfle como mujeres, que no sea el ancho de la cintura la que nos deprima, que tampoco sean los mechones blancos los que nos hagan sentir sin energías.

Que la juventud y el atractivo físico de los años que dejamos atrás sean el impulso en esta nueva etapa de los 50 o 60 para aprender a cuidarnos y a querernos. Instalarnos frente al espejo en nuestra habitación, colocarnos el maquillaje y peinarnos, simplemente salir a caminar y conversar con nuestra mejor amiga; es vivir.

Los 72 de hoy son los 30 de hace dos mil años
La longevidad de los seres humanos ha aumentado significativamente más en el último siglo en comparación con los dos mil años anteriores.
 
Concretamente, este resultado se dio en un estudio hecho por investigadores del Instituto Max Planch, alemán, que se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States. Fue concluyente al comparar los 72 años de hoy día con los 30 de hace dos mil años.
 
Algunas de las causas es precisamente el aumento desmedido por adoptar nuevos estilos de vida, más tiempo para lo natural y el ejercicio y el aumento de las esperanzas. Entonces, ¿cómo no fortalecer los cambios y la sabiduría con el resultado de estos indicadores y sentirnos de 30 nuevamente?