¿Qué puedo hacer con mi procrastinación?
¿Procrastinar? Una palabra muy común en la actualidad y quizás poco amigable de pronunciar. Una especie de hurtadora del tiempo

ESTAMPAS

08/10/2021 06:00 pm



Zoramar Oviedo

¿Procrastinar? Una palabra muy común en la actualidad y quizás poco amigable de pronunciar. Una especie de hurtadora del tiempo.
Según la Real Academia de la Lengua, el verbo procrastinar procede del latín procrastinare cuyo significado es dejar un asunto para el día siguiente, es decir, aplazar. O como decimos coloquialmente procrastinar es “dejar para después”.


Seamos sinceros, todos los seres humanos hemos procrastinado alguna vez en nuestra vida, pero el problema surge cuando hacerlo no es algo puntual sino una especie de hábito del cual no somos conscientes.
 
No presentar a un cliente una propuesta en el plazo acordado o entregar un informe a destiempo, tiene un impacto negativo en nuestra vida profesional y personal e incluso afecta a nuestro equipo de trabajo, a nuestros colaboradores y a nuestros clientes.

Postergar las cosas que son importantes impacta negativamente en nuestro desempeño profesional y la consecución de las metas que queremos alcanzar.

En un artículo publicado en New York Times en el 2019, Charlotte Lieberman señala que, “Procrastinar no es un asunto de holgazanería, sino de manejo de las emociones… Y la autoconciencia es una pieza clave para entender por qué procrastinar nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, no sólo somos conscientes de que estamos evadiendo la tarea en cuestión, sino también de que hacerlo es probablemente una mala idea. Y aun así, lo hacemos de todas maneras”.

Según expertos en el tema, procrastinar no es una incapacidad de administrar el tiempo ni un defecto de carácter, sino más bien una sensación psicológica que nos bloquea, impidiéndonos hacer lo que debemos hacer. En otras palabras, la procrastinación es una forma o estilo de enfrentar las emociones difíciles, tales como ansiedad, frustración, inseguridad, aburrimiento…, que nos generan ciertas tareas o labores.

Cuando la procrastinación se convierte en un duro enemigo que agrede tu productividad, tus retos y tus relaciones, es fundamental que la conozcas, la aceptes y la derrotes. Y como dice Sun Tzu “Conoce al adversario y sobre todo conócete a ti mismo y serás invencible” (Libro “El arte de la guerra”).
Si eres una persona que procrastina frecuentemente y quieres tomar acción para vencerla, aquí tienes cuatro consejos que te ayudarán a hacerlo. Empieza hoy mismo y observa qué pasa.

1.- Crea tú propio ritual matutino y hazlo todos los días antes de comenzar a trabajar. Hacerlo no te tomará mucho tiempo y te ayudará a programar tu mente. Asígnate actividades o tareas que te sean agradables y sencillas como, por ejemplo: presta atención a tu respiración durante 3 minutos, disfruta con plena atención del café que tanto te gusta y/o de la fruta que te encanta comer todas las mañanas. Hacer estas prácticas de Mindfulness te ayudará a centrarte en lo que tienes planificado realizar ese día.

Lo más importante es que tomes conciencia de cuál es el mejor ritual para ti y cómo te beneficia hacerlo.

2.-Empieza a tomar conciencia de tus distracciones, sin cuestionarte tan duramente y consciente de que en tus manos tienes la posibilidad de cambiar ese patrón de comportamiento. Muchas veces caemos en una especie de círculo vicioso lleno de distracciones, las cuales parecieran ser poco ofensivas pero que terminan alejándonos de las tareas que debemos hacer. Por ejemplo, las notificaciones de las publicaciones en las redes sociales o en WhatsApp.
 
Si son las notificaciones las que te distraen desactívales el sonido mientras estás trabajando. Si tienes la costumbre de mirar a cada rato las redes sociales, desactiva las aplicaciones y listo, las activas cuando hayas finalizado tu trabajo.
 
Tomar conciencia de lo que te distrae es esencial para empezar de una vez por todas a dejar de postergar.

3.- Toma consciencia de las cosas que consumen tu energía mental.
Muchas veces los problemas de procrastinación los genera la falta de concentración. Cuando nuestros niveles de atención son muy débiles o vulnerables el cerebro se ocupa de producir tal cantidad de pensamientos que terminamos desgastados mental y emocionalmente antes de empezar a hacer los trabajos pendientes.

El estrés, la falta de motivación y la escasa actividad física también consumen nuestra energía mental.
Es importante que entrenes tu mente para empezar a concentrarte, motivarte y ser productivo en tu manejo del tiempo de respuesta. Cuidar la salud, el bienestar y el desempeño profesional es importante para todos.

4.- Comienza a hacer y deja de pensar
Muchas veces pasamos una buena parte del día pensando en lo complicado y difícil que va a ser realizar el trabajo que tenemos pendiente y caemos en lo que los psicólogos llamamos la rumiación, es decir; “darle vueltas a un pensamiento, a una idea o a un posible problema, de manera inconsciente y casi obsesiva, provocándote cierto malestar y haciéndose realmente complicado poder parar y salir de esa situación”. (https://www.iepp.es/rumiacion/). Y cuando nos damos cuenta de eso resulta que ya tienes muy poco tiempo para trabajar en lo que debes hacer y entregar.

Empezar el día haciendo esa tarea que sientas que te resulta más complicada o que te tomará más tiempo realizarla, es como resolver la mitad de los problemas de un sólo golpe, pues cuando lo haces y la tienes lista sientes que el resto de lo que tienes que hacer es una especie de “pan comido”.
Recuerda que, si tú eliges hacerlo, sí puedes manejar tu procrastinación y no dejar que sea ella quien te moleste, te domine e impacte negativamente tu productividad, tus relaciones y tu bienestar.


Destacado:
“Tú puedes retrasarte, pero el tiempo no lo hará”.
Benjamín Franklin

Zoramar Oviedo Gallo.
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